El Hotel Internacional
Nótese las dos ventanas en las boardillas y el techo flotante, sobre la Primero de Mayo.
Mediante
el Decreto de Secularización de Cementerios, en el que se declaró el cese de
toda intervención del clero en cementerios y camposantos, fue dado a conocer en
Veracruz el 31 de julio de 1859, por el cual da término a que en las iglesias y
atrios se siguieran enterrando difuntos. En Acámbaro se crea el primer panteón en la
esquina de Primero de Mayo y Héroe de Nacozari denominado panteón de San Juan,
en donde supuestamente se enterraba a la mayoría de la gente; existía otro
panteón alterno el cual funcionaba atrás del Templo de San Antonio de los Lavaderos,
donde se enterraba a la gente con más posibilidad económica, que años más tarde
desaparecería. A finales del siglo XIX el panteón de San Juan fue cambiado al
cuadrante que hoy conocemos como parque Zaragoza, ahí se mantuvo durante el
primer tercio del siglo XX hasta que fue trasladó a la Malayas y como en este
lugar se enfangaba se cambió al sitio actual en la calle de Omega.
En esta foto se aprecia solo la planta baja del Hotel, y una calle
arbolada a la izquierda apenas se aprecia el bordo de tierra.
Aquí
empieza nuestra historia, el terreno que ocupaba el antiguo panteón de San Juan
fue comprado por el Italiano José Maria Busso Chamonal y fue construido un edificio de un solo
piso, sobre el que se construyó un segundo nivel del Hotel Internacional. El
proyecto original es de la Casa Busso-Cottini, Constructores y Decoradores. Calculo que comenzó a construirse
el primer piso en sencilla arquitectura entre 1895-1903 y el edificio completo
entre 1903-1910. La plata alta está muy bien integrada al primer nivel,
alcanzando lograr en conjunto un hermoso estilo Stick, fue una estructura
definida y alusiva a la estructura de madera que marcan los edificios Stick, el
sello del estilo incluye un énfasis vertical a través del uso de tablas que enmarcan
las puertas y ventanas y divide en paneles las fachadas, así como armaduras, postes
en las esquinas y dinteles, tenía tejados a tres aguas y tiros de chimeneas,
originalmente ostentaba en el techo dos bellas ventanas sobre las boardillas, posteriormente
fueron retiradas, a lo largo de la fachada sobre la calle Primero de Mayo tenía
un techo flotante sujeto con tirantes de acero que también duro muy poco tiempo,
existía un bello portal en ambos pisos sobre la calle Héroe de Nacozari que lo
caracterizaba mucho. De los personajes importantes que pisaron el hotel solo
recuerdo haber leído sobre la estancia de Lázaro Cárdenas Del Río, es obvio que
fue un hotel importante en la ciudad y que pasaron por sus habitaciones muchos
moradores importantes y no mucho, en los más de cuarenta años que funcionó.
Conocí muy
bien el edificio, por dentro y por fuera, igual que algunos muebles provenientes
del hotel, consistentes en camas de fierro con cabeceras y pieceras muy altas,
buros muy altos y algunos muebles en encino americano muy tallados. El hotel ya
estaba abandonado y aun así era hermoso, no dejaba de lucir su majestuosidad;
como olvidar el hotel en mis incansables caminatas a la estación y/o al río por
la calle o por el bordo; se nos fue otro pedazo de Acámbaro.
En
esta foto se distingue a mano izquierda el bordo de tierra, que después de las inundaciones de 1927 y la de 1958 tomo la fisonomía actual.
Vean
en el techo los tiros de las chimeneas y el techo flotante.
En
horarios de ferrocarril, era un gentío, como se aprecia en esta foto.
No me acuerdo del vertedor de cantera
pero si del patio interior, lleno de arbustos y mala hierba, abandonado.
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