martes, 26 de noviembre de 2019


Palacio de los Sámano Serrato.

Acceso principal.

Sin duda es una de las casas señoriales que aún se conservan en nuestra ciudad, a pesar de que ya no ostenta su original magnificencia, entre las que destacan sus ventanas, ni remates superiores gracias al famoso Plan Guanajuato (1964-1967) se abrió 1.30 m. la calle de Hidalgo desde la esquina de Pino Suárez a Leona Vicario, fue el peor crimen perpetrado al acervo arquitectónico histórico de nuestro estado, no dejando pasar por alto la gran culpa de nosotros los ciudadanos acambarenses que permitimos ese horrendo crimen.

Personalmente es un placer hablar de esta casa en la cual fui muchas veces feliz, no solo por estar en ella y disfrutar su hermosura, sus bellos muebles de época, si no por las interminables tardes de plática y grata compañía de las señoritas Sámano, Esperancita y Margarita, que por autorización de Esperancita, les llamaba tías; siempre recordando a los viejos amigos que se adelantaron, hablando de mejores épocas, del Acámbaro chico lleno de recuerdos, de sus fiestas y saraos, de un Acámbaro que se lo llevo el Plan Guanajuato a mediados de los sesenta y todavía algunos soñamos con él de vuelta.

Detalle de la portada principal.

En el exterior el elemento compositivo más llamativo de este palacio sin duda es el acceso principal o portada, es innegable que tiene antecedentes en la tradición ornamental del barroco novohispano del bajío y de la obra del convento con influencia andaluza. Calculo que su manufactura se remonta a principios del tercer tercio del siglo XVIII. Sus tres o cuatro balcones que ya no se volvieron a montar después del famoso plan, consistían en jambas cerradas por dinteles coronados por sencillos entablamentos y sendas rejas custodiaban los vanos de las ventanas que descansaban sobre enormes repisas debajo de la cuales colgaban grandes guardamalletas, todo el frente de la propiedad remataba en una cornisa de cantera gris plomo; desgraciadamente no he podido conseguir una foto de la fachada antes de la afectación.

La portada principal reside en jambas cajeadas de orden toscano a los extremos de la composición sobre las que descansa el dintel que hace escuadra en las impostas, remarcando el rectángulo de las platabandas; un hermoso entablamento remata la composición y en ésta se marcan los resaltos las formas ascendentes de las jambas, la clave del cerramiento ostenta la bella talla en altorrelieve de la Virgen de Guadalupe, coronando la imagen se encuentra al nivel del arquitrabe exquisitos motivos ornamentales consistentes en dobles veneras acanaladas y otros roleos abren paso a la base de otro resalto central que termina en la tapa alta del entablamento, es importante mencionar del uso del friso pulvinato, e igual que en otras obras de la ciudad de perfecta estereotomía.

La puerta de madera de sabino denota su antigüedad, compuesta por dos hojas divididas en dos partes, las superiores más pequeñas ostentan una guardamalleta trunca en bajo relieve a lo ancho de la hoja que por en medio pende un medio capitel del que nacen dos roleos con ornamentos vegetales labrados y de bajo de ellos pequeñas guardamalletas, del centro también se desprenden otras de mayor tamaño formando todo el conjunto una guardamalleta de guardamalletas (efecto muy visible en la pila morisca) en el centro de éstas un par de máscaras con facciones asiáticas en bronce, las dos partes superiores del portón, están remachadas con tres hileras de clavos con chapetón de bronce, prolongan el remate de los capiteles molduras en todo lo ancho de la puerta terminando en los extremos en roleos. Las dos partes bajas  están compuestas por en medio una guardamalleta que termina en dos aldabones de grutescos de bronce, estás partes presentan cuatro hileras de clavos con chapetones de bronce, la parte inferior está adornada por la tercer guardamalleta trunca en bajo relieve, en la parte baja derecha se encuentra el postigo de acceso.
Aldabón de grutesco.

En su interior es un verdadero placer observar a detalle los arcos y elementos arquitectónicos que componen el patio principal, que después del cubo del zaguán se abre un amplio corredor con cinco arcos lobulados y cuatro accesos a los antiguos salones que daban a la calle, todo es de exquisito primor, todo está labrado en magnifica cantera gris plomo, con terminación tipo mármol muy utilizada a finales del siglo XIX o principios del XX; al doblar a la derecha se encuentra otro pasillo de igual magnitud pero este con tres arcos lobulados y dos accesos. La arquería de gran riqueza plástica, dan al conjunto un aspecto espectacular, los arcos de orden barroco andaluz, compuestos por siete lóbulos almohadillados en los intradós, cada uno descansa sobre pilares cuadrados cajeados con bases rectangulares de orden toscano también cajeadas, las pilastras por los intradós y extradós están adornadas por unas medias cañas que terminan en la parte del capitel en una pequeña voluta y palmeta, los extradós de los arcos ostentan bellas molduras chambrantes, compuestas por boceles resaltados y tres platabandas, todo el conjunto está proyectado con un gusto refinado, en cada una de las enjutas reposa una réplica o continuación de la columna que termina en un capitel con caritas de ángeles y otros motivos ornamentales. En la parte superior de las arquerías remata una gruesa cornisa compuesta de finas molduraciones, en cada columna sobrepuesta de las enjutas del capitel se desprenden gárgolas en forma de perros. Todo el patio está enlozado en cantera gris plomo y en el centro un pozo ya tapado con un bello brocal y sobre-brocal de arco de medio punto donde se desprende la polea. Los naranjos del patio colonial le dan un encanto especial y en época de primavera inunda la morada el aroma fresco de los azares.

Patio principal


El corredor en forma de “L” está cubierto con baldosa en el piso, las puertas de las habitaciones y los salones también del repertorio barroco, consistente en el arranque jamabas cajeadas y dinteles que descansan directamente sobre ellos e inmediatamente remata sobre los dinteles una tapa de gran tamaño, todo en cantera gris plomo, imitando mármol, dando un aspecto elegante y refinado. Las puertas y ventana que daban a la calle y corredores están entableradas y talladas con motivos vegetales de gran valor artístico, tipo del Monasterio de San Francisco.

Detalle interior del patio.

En los años maravillosos que visité a las señoritas Sámano en su hermosa casa, la distribución comenzaba cruzando el zaguán e inmediatamente a la derecha se encontraba el salón principal, consistente un cuarto de gran tamaño y altura con una ventana que daba al patio, los muebles con toda seguridad manufacturados por la casa Jorge Unna y Cia. Consistente en un terno sala estilo Luis XVI ecléctico y doce sillas hechas en madera de nogal, tapizados en gobelino de motivos florales, adornaba también el salón un juego de sala y doce sillas de bejuco austriaco manufacturado por Michael Thonet, en magnifico estado, todo resaltaba sobre un gran tapete persa en fondo verde, a los lados del sofá, se encontraban pequeñas columnas de madera laqueadas en negro sobre las cuales se encontraban una pareja de esculturas de gran tamaño de porcelana alemana de Meissen, cruzando el corredor nos encontramos en la primer recámara en donde se encuentra otra de mis piezas favoritas un ropero de dos espejos y gran copete estilo Luis XVI, elaborado en madera de nogal, también de la casa Jorge Unna y Cia, al lado de la calle estaba el costurero, del otro extremo se encontraba la puerta a la otra habitación con el ropero gemelo de la primera, obvio elaborado por Unna. Para salir de las últimas recámaras al corredor se entraba el acceso al salón del caracol, en donde se encontraba el cilindro de las escaleras para subir a la azotea, en ese salón estaba un juego de recámara elaborado en encino americano, de manufactura norteamericana, al parecer usado por el Doctor Sámano y su esposa, también se encontraba una pieza fabulosa consistente en un ropero de dos puertas manufacturado en cedro blanco y laqueado en color negro, con los lados frontales y laterales esgrafiados dejando la madera contrastar con la laca, dando un gran efecto estético, remataba en un copete poco usual calado en motivos florales también en laca negra, pienso que era de mediados del XIX, al parecer parte del ajuar de la casa de sus tías maternas ubicada en el portal Serrato. De frente a la entrada del salón del caracol una ventana a un patio interior, a la derecha se encontraba otro salón o desayunador e inmediatamente un corredor hacia otro patio trasero o de servicio, en el que alguna vez estuvo la entrada de las carrozas y caballerizas por el lado de Juárez; de inmediato al pequeño corredor estaba la cocina y junto se encontraba el comedor principal, que estaba exactamente del lado contrario de corredor principal, en este espacio se pueden apreciar muebles de manufactura mexicana de excelente calidad, una mesa enorme en el centro, aparadores y vitrinas a los lados; todo te trasladaba a épocas pasadas en donde tu mente juega con los olores y colores transportándote a otros días donde todo era diferente, no quieres que pase el tiempo, te quieres quedar ahí para siempre.
Sala principal de la casa Sámano

De su historia se sabe poco, solo que antes de ser dueño el Doctor Francisco Sámano, fue propiedad de Don José Álvarez del Castillo y en 1898 la vendió al Doctor. Sin duda la casa fue manufacturada por gente con grandes recursos económicos ya que esta denota el espacio y lujo de la época en la fue construida. Es importante mencionar en el inventario de propiedades de los Romero de Terreros mencionan una casa en el centro de Acámbaro que perteneció al el tercer mayorazgo, constituido en 1777 por el Condado de Regla y el Marquesado de San Francisco, que entre sus propiedades estaban San Cristóbal, Parácuaro, San José, Puerto Ferrer, Santa Catalina, Encarnación, Chamácuaro, San Juan, Coyotes, la Trinidad y Guadalupe y una casa en Acámbaro. Archivo General de la Nación (AGN) vínculos. Quiero pensar que esta hermosa propiedad formó parte de los bienes de nuestra Condesa de Acámbaro, Doña María Micaela Romero de Terreros y Trebuesto Segunda Marquesa de San Francisco (1757-1817).
Otro ángulo del patio principal.

Los Sámano fueron sus habitantes los últimos 120, echemos un repaso a sus ascendientes, comencemos con: Fermín José Mariano Sámano, (1748-) Tamazula Abasolo, Guanajuato, casado con Ana María Martínez de Borja Campuzano, (1752-), hijo José Bernardo Sámano Martínez de Borja (1783-) casado con María Dolores Silva, hijo 1 Antonio Sámano Silva (1809-) casado María Concepción Ortega Gómez Natera, se casaron en Celaya en 1838, hijo 2 Francisco Sámano Silva (1802-) casado con María Josefa García Anaya (1827), hijo José María de los Dolores Sámano García (1829-) casado en 1854 con, María Ignacia de Jesús Román Mendoza (1833-). Pariente de Gertrudis Bocanegra Mendoza heroína de la Independencia, y ambas descendientes de los Huitzimengari antiguos Reyes de Michoacán, hijos hijo 1 José María Sámano Román (1857-) no se casó Pátzcuaro; hija 2.- María Concepción Lorenza Dolores de Jesús Sámano Román (1859-1911) Pátzcuaro-Acámbaro, casada con Florencio Rafael Álvarez del Castillo Errejón (1856-) Acámbaro se casa en 1880; hijo 3 José Demetrio Francisco Estanislao de Jesús Sámano Román (1861-1919) Pátzcuaro-Acámbaro, casado con Paz Serrato de la Llata (1868-), se casan en 1889, hijos: María Dolores Sámano Serrato, Paz Sámano Serrato, María Sámano Serrato, Carmen Sámano Serrato, Concepción Sámano Serrato, Francisco Sámano Serrato, Ignacio Sámano Serrato, Guillermo Sámano Serrato, Manuel Sámano Serrato, Alberto Sámano Serrato, Josefina Sámano Serrato, Vicente Sámano Serrato, Salvador Sámano Serrato, Margarita Sámano Serrato, Esperanza Sámano Serrato y María Guadalupe Sámano Serrato; hijo 4 José Agustín Federico Gabriel de Jesús Sámano Román (1864-) Pátzcuaro-Monterrey, casado con Adelaida Álvarez del Castillo Roaro, (1873-), hijo Agustín Sámano Álvarez del Castillo (1902) casado Carolina Maldonado Álvarez del Castillo; hijo 5 José Hermenegildo de Jesús Sámano Román (1866-) Pátzcuaro, hijo 6 José Rafael de los Dolores de Jesús Sámano Román (1867-) Pátzcuaro-Cd. México, casado con Josefina Granados y Lazo (1873-1963).

Entre los ilustres personajes que pisaron esta casa, se encuentra el asturiano Don Juan Llamedo, dueño de la hacienda de San Cristóbal y del ramal de ferrocarril Acámbaro-Jerécuaro, prestanombres del presidente Gral. Porfirio Díaz, muy amigo de la familia Sámano.



                                                             José María Sámano Román, María Ignacia de Jesús
                 Román Mendoza, María Concepción Lorenza Dolores
                 de Jesús Sámano Román, José Demetrio Francisco
                 Estanislao de Jesús Sámano Román y José Agustín
                 Federico Gabriel de Jesús Sámano Román.
                                         (Daguerrotipo)

Antepasado de los Sámano.
(Óleo sobre placa de marfil).


Antigua casa de los Silva.


Sin duda el famoso Plan Guanajuato promovido por el aquel entonces Gobernador Juan José Torres Landa (1961-1967), dejo a nuestra maravillosa ciudad con otro aspecto, con una fisonomía diferente, menos colonial, no sé si más moderna o una ciudad sin rostro o sin estilo definido.


El Plan Guanajuato según consistió en el desarrollo de infraestructura de los 46 municipios del estado incluyendo las primeras autopistas, presas y obras hidráulicas, construyó el corredor industrial Irapuato, Salamanca, Celaya, realizando obras que lograrán que estas ciudades y otras dejaran de ser “pueblotes” según él, se restauró el ex monasterio de Yuriria, se construyó la calle subterránea Miguel Hidalgo en Guanajuato, el Museo de la Alhóndiga de Granaditas y remodelación de los centros históricos de Acámbaro y Salvatierra.    
             
Es importante mencionar que Hermión Torres Aranda padre de Juan José Torres, trabajó en oficinas rentísticas en Acámbaro en los años 20’s o 30’s, por lo que Juan José estuvo muy identificado con nuestra ciudad, no dudando que le tuviese un merecido cariño a nuestro pueblo. Sería comprensible su menester de tener un pedazo de Acámbaro en su casa.


La remodelación del centro histórico de Acámbaro, consistió en abrir las calles de, Hidalgo, 1.30 m., tramo plazuela hidalgo hasta Héroe de Nocozari, calle de Francisco Sámano 1.50 a 2.0 m, tramo Portal Guadalupe a la Madero. La Guerrero de la Hidalgo hasta la salida a Salvatierra, principalmente; el desmonte de los portales Victoria, ubicado en la esquina de Pino Suárez e Hidalgo (9 arcos del lado de Pino Suárez y 7 del lado de la Hidalgo). Portal de Tabaqueros (sobre la Guerrero, aprox. 8 arcos). Portal Paris (sobre la Hidalgo, 6 arcos). Portal Serrato (sobre la Hidalgo, 7 arcos. La remoción del vallado perimetral del antiguo monasterio de Acámbaro, consistente en cinco arcos mixtilíneos, desmonte de fuentes dentro y fuera del monasterio, y numerosas casas de gran valor arquitectónico fueron afectadas en sus fachadas y muchas destruidas totalmente y sobre todo el famoso Plan nos derrumbó el corazón y alma de nuestro querido pueblo.

La casa de los Silva ubicada en las antiguas calles de La Enseñanza y Cupido, no fue la excepción, fue afectada aprox. Dos metros en su fachada principal orientada a la calle hoy Francisco Sámano; la casa fue construida a finales del siglo XVIII o principios del siglo XIX en un hermoso y sencillo modelo arquitectónico colonial mexicano muy del bajío (barroco-neoclásico) consistente en puertas y ventanas exteriores adinteladas de jambas corridas y tapa alta y debajo su correspondiente repison todo en cantera gris plomo, muy de la época de su manufactura. Por la parte interna se puede observar todavía por el lado de la Madero tres de cinco hermosos arcos de medio punto sin adornos en los intradós y extradós que descansan sobre columnas cilíndricas toscanas de cantera gris plomo y sobre del lado de la calle Sámano una galería de tres arcos de igual manufactura dando lugar a un amplio corredor, excelente para tomar el fresco en las épocas de intenso calor; todo el conjunto es una delicia, lástima que su fachada principal este razada y desmembrada de una parte de la Madero, aún conserva parte del cubo del zaguán y su correspondiente arco, todas las puertas y ventanas interiores están enmarcadas en cantera gris plomo.




Seguramente de ascendencia portuguesa la familia Silva habitó esta casa cuando menos ciento cincuenta años, desde su primer jerarca, Don José Vicente Silva (1818-) casado con Guadalupe Alvor dueños de la hacienda de San Miguel, hijos: José Dolores Silva Alvor, José del Refugio Eleno Silva Alvor (1845-), Antonio Silva Alvor (1841-1907) muerto en la hacienda de San Miguel, casado en 1860 con Ignacia Saavedra, hijos: Mariana Silva Saavedra, Joaquín Silva Saavedra, Benito Silva Saavedra (1867-) dueños de las haciendas de San Miguel y San Nicolás, casado dos veces, primero con María Dolores Pimentel en 1893, hijos: Luis Benito Silva Pimentel (1897-), Francisco Silva Pimentel (1902-), segundo matrimonio con Josefa Silva Narváez (1883-) hija a su vez de Donaciano Silva y Juana Narváez, se casarón en 1912, hijos: Benito Silva y Silva (1913-), Ignacio Silva y Silva (1916-), Miguel Silva y Silva (1921-), Ana María Silva y Silva (1923-), Teresa Silva y Silva (1925-), Jesús Silva y Silva (1928-) María Auxilio Silva y Silva y María del Refugio Silva y Silva, estas dos últimas dueñas de la hacienda de San Nicolás


Dolores Silva Viuda de Ezeta dueña de la hacienda de Agua Caliente.







La Pila Morisca


Con singular belleza se levanta en los terrenos que fueran en antiguos años parte de la huerta del convento de San Francisco, La pila Morisca, que después de la secularización de los bienes eclesiásticos a mediados del siglo XIX paso a manos particulares, entre ellos la familia Chacón y posteriormente de la familia Paulín, finalmente el municipio compro a mediados del siglo XX, con mayor exactitud 1964, varias casas para construir el actual mercado Hidalgo en la esquina de las calles Hidalgo y Melchor Ocampo.


Existen muchas controversias sobre el año de manufactura de la pila, el padre Ríos la ubica a principios-mediados del siglo XVII, Pedro Rojas la fecha a finales del siglo XVIII. Personalmente pienso que fue elaborada a mediados del siglo XVIII, 1760 a 1770, es una obra maravillosa de una sencilla exquisitez elaborada toda en piedra y revestida en argamasa. Muchos estudiosos la ubican como extraordinario ejemplo del Mudéjar, pero a juzgar por los elementos decorativos que la componen corresponden en su mayoría a los del barroco-andaluz, el profuso uso de guardamalletas, el decorado en forma de veneras a los costados, los medallones en parte principal, todo habla de un inconfundible andaluz, que se desarrolló en Querétaro a mediados-finales del siglo XVIII y cuya influencia llego a estas hermosas tierras de nuestro antiguo pueblo, quedando plasmado en mucha de su arquitectura, también mucha de ella desaparecida por incuria nuestra.

El conjunto se compone de un estanque rectangular de 8.20m de largo por 3.75m de ancho y dos metros de profundidad, se levanta sobre un podio escalonado de tres niveles y como parte principal se levanta un muro de forma mixtilínea y caprichosa, en ambos lados de este muro se encuentran adornos de medio punto con veneras, la concha de lado interno o principal termina en una voluta y esta a su vez tiene como delantal una guardamalleta de guardamalletas, adorna la parte superior de oquedad de la concha un par de roleos sobre estos una cenefa de arquillos que terminan a los extremos también con roleos, en la parte posterior del adorno se compone de conchas más al estilo de los capialzados de las casas de centro de Acámbaro, realzan en la parte inferior unos meandros escamados y debajo de estos una hornacina mixtilínea y dos rectangulares en los laterales. En una antigua fotografía de la pila estos adornos laterales terminan en un copón pienso que fueron de barro, actualmente desaparecidos.



Los tres cuerpos del estanque están festonados con guardamalletas, el desagüe del estanque consiste en una tarja en forma de perillón que al frente luce una especie de cartouche y a los lados remata en volutas y debajo de este en la boca del desagüe la cabeza de un angelito tallada en cantera gris.



La parte principal o la del vertedor está formada por un muro mixtilíneo de caprichosas formas, compuesta por un pináculo que termina en dos tamborcillos y dos volutas superiores lo remarca sencillas molduras que se desprenden líneas rematadas en roleos, cerca de la cúspide aparece la leyenda AVE, superpuesta al monograma MAR coronada, que significa María, debajo de este unos meandros que rematan en sus extremos en roleos, debajo de los meandros se resalta una concha e inmediatamente de esta un medallón central, a los lados del medallón se encuentran otros dos de menor tamaño sujetos por cordones posiblemente de la orden religiosa, a su vez se desprenden otro dos medallones de igual tamaño que los anteriores que están sujetos con cintas de roleos de diferentes formas, debajo de los cinco medallones se presenta en la parte central del medallón más grande, el vertedor de agua elaborado en cantera gris a sus lados se abren dos nichos con repisa de cantera gris de forma cónica. En la impresión antigua de la pila la parte frontal remata en una pilastra cilíndrica terminada en una base, a los extremos sobre los tamborcillos un par de tibores pienso que también en barro, hoy en día desaparecidos.




En la parte posterior de la cabecera se encuentra la caja de depósito del agua; que se alimenta de una red subterránea del acueducto hasta la caja que sube por gravedad al vertedor, la caja tiene cinco caras y en cada esquina consta de franjas de guardamalletas en la parte superior de la caja de agua está un respiradero, a los lados de esta se sobreponen dos medallones que están sujetos por dos roleos y en el centro un pequeña concha debajo de estos adornan guirnaldas, dos nichos rectangulares de cada lado de la caja, delimita el nivel del estanque una media caña que termina en roleos y en seguida por debajo guardamalletas de guardamalletas.




Todo el estanque es de primorosa labor no hay parte en el conjunto que este fuera de lugar, todo es armonía a la vista. Para rematar el conjunto en la parte frontal se encuentran dos pilarcillos cuadrados con perillones y en su base roleos todo de magnifica proporción.


Pedro Rojas lo considera pieza única en el país por su riqueza en la ornamentación con cenefas de guardamalletas.



Casa de los Etulain Olace


Entrada principal sobre la calle Echavarría # 2




Parte de la casa Etulain a la derecha.

En esta ocasión hablaremos de la casa ubicada en la esquina de las antiguas calles de 16 de Septiembre, Centurión, Del Hambre, Cautivo y Vulcano (hoy Hidalgo) y de la Calle de Echavarría (hoy Allende) marcada con el número dos. Se levanta una de las mejores casas antiguas conservadas en la ciudad, esta casa cuenta con un hermoso acceso principal sobre la calle de Echavarría que consiste en un par de jambas cajeadas de orden toscano que descansan sobre plintos y rematan en un elaborado dintel o cornisa cajeado igual que las jambas, de perfecta estereotomía la clave que adorna el conjunto es una pequeña cabeza de ángel con casco entre motivos vegetales y coronado con tres pequeñas plumas, toda la portada es un deleite para la vista, su antigua puerta elaborada con toda seguridad en madera de sabino está dividida en cuatro paneles, los dos cuadrantes superiores consisten en dos óvalos en cada hoja y bellos labrados con motivos vegetales adornan las esquinas de todos los cuadrantes, los dos inferiores ostentan un par de óvalos alargados, en el del lado izquierdo se encuentra el postigo, todos los paneles están primorosamente claveteados a la época colonial, en su interior se abre un imponente capialzado, venera o esviajamiento de forma lisa. La casa tiene arquitectónicamente influencia del convento, pienso que fue realizada en el último tercio del siglo XVIII.

A la derecha tres ventanas de la casa Etulain.

Cruzando el zaguán en primer plano nos recibe un magnifico arco de estilo toscano, también cajeado, dando paso a un gran corredor con tres enormes arcos que descansan sobre columnas cuadradas con recuadros resaltados y capiteles toscanos, las base continua sobre los capiteles en medias muestras toscanas hasta desaparecer en la cornisa, los arcos también con recuadros resaltados por los intradós, en la parte de los extradós los arcos están acanalados, todo el conjunto esta rematado por una bella cornisa con friso pulvinato, todo está elaborado en cantera gris plomo, el patio rectangular de gran tamaño ostenta otra arquería del lado oeste, de igual tamaño y armonía que el de la antigua entrada, de norte a sur se abren puertas y ventanas adinteladas de jambas corridas y tapa alta muy a la manera de finales del siglo XVIII.


Corredor principal al fondo la puerta de la sala de los Etulain.


Tres hermosos arcos del patio interior.




El acceso sobre hidalgo es de reciente manufactura.

Sobre la calle de Centurión (Hidalgo), antiguamente se abrían tres o cuatro ventanas adintelados de jambas corridas y tapa alta con repison que se prolonga la cantera para abrir un espacio rectangular para labrar un cartouche y en el centro una roseta. En la esquina había entradas para comercio, también enmarcada en cantera gris plomo. Sobe la calle de Echavarría, a parte de la entrada principal se abrían ventanas con las mismas características que las de la calle de Centurión.

Patio principal de la casa.

La casa es enorme y de magnifica arquitectura, fue recuperada en los años 80’s, y desde entonces sirve como centro comercial, por ambas calles se abrieron locales comerciales al igual que por dentro, en el patio se ofrece comida rápida, el lugar el ideal para pasar la tarde degustando de la comida en compañía de una buena cerveza.


Puertas adinteladas de jambas corridas y tapa alta, interior.

Ahora veamos quienes fueron sus moradores durante el siglo XX, comenzamos con Don Andrés Etulain Olace, (1859-) originario de Navarra España, hijo de José María Etulain y de Josefa Olace, casado con la Señora Aurelia Olace Heredia (1868-) originaria de Huetamo Michoacán, hija de Miguel Olace y de Josefa Heredia, con toda seguridad ellos guardaban algún parentesco, procrearon a Elvira Etulain Olace (1889-), casada con Alberto Piñón (1888-) de Huetamo Mich.; Josefa Etulain Olace (1893-1895); Miguel Etulain Olace (1894-1895) Salvatierra Gto.; Andres Etulain Olace (1898-) Salvatierra Gto.; Luis Etulain Olace (1900-) Salvatierra Gto.; María Etulain Olace (1903-) Salvatierra Gto.; Alfonso Etulain Olace (1909-) Salvatierra-Acámbaro Gto.; José Etulain Olace (1911-1956) nacido en Acámbaro se casó con Beatriz Maldonado y Elisa Etulain Olace, entre otros.


Otro ángulo del patio principal de la casa.