martes, 21 de marzo de 2017

Don José María Alcalá y Orozco.


Nació en Acámbaro, pueblo perteneciente al obispado de Michoacán en la época colonial, hoy parte del estado de Guanajuato. Fue, según narra la cartela que acompaña la pintura, colegial de los seminarios tridentinos de Valladolid y México; bibliotecario y catedrático de filosofía, diputado...


Don José María Alcalá nació en Acámbaro, Guanajuato en 1760; fue doctor en teología y miembro del cabildo de la Catedral de México. Formó parte de la sociedad secreta de “Los Guadalupes”, movimiento que apoyó la causa insurgente con recursos económicos, políticos y de imprenta, teniendo presencia en todas las provincias de México a través de acaudalados comerciantes, abogados de prestigio y de otras profesiones y personalidades.

Durante la gesta de la Independencia de nuestro país, “Los Guadalupes” se vieron involucrados en la organización del movimiento revolucionario, entre ellos varios clérigos participaron en el movimiento insurgente desde sus inicios, uno de ellos fue Don José María Alcalá y Orozco, canónigo de la Catedral de México (1806-1814), fue uno de los primeros conspiradores de 1811, mantenía correspondencia secreta con el Padre de la Patria Don Miguel Hidalgo y Costilla y Don José María Morelos y Pavón.

Alcalá y Orozco se hizo cargo de las elecciones parroquiales del Sagrario Metropolitano de 1812 y 1813, y en 1814 lo enviaron a España como diputado a las Cortes, aunque él no tomó posesión de este importante cargo. Falleció el 8 de diciembre de 1819 y fue sepultado en el cementerio de la Puerta de Fuencarral. Autor del libro “Elogios latino y castellano del .Sr. D. Francisco Xavier de Lizana y Beaumont, Arzobispo y Virrey de México, pronunciado en las solemnes honras”.

Nuevamente otro acambarense cubre de gloria nuestra patria y nuestra tierra.

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