CASA DE LOS RODRÍGUEZ-DURÁN.
Bella
tarjeta estereoscópica de Julio Michaud, fechada en 1880.
Esta hermosa propiedad ubicada en la esquina de
Doctor Sámano y Benito Juárez, perteneciente actualmente a la Familia Rodríguez
Durán. Fue manufacturada en el tercer tercio del siglo XVIII, perteneciente a
la Señorita María Isabel Villa Padierna, en el año de 1856 vende al Señor
Loreto Martínez (1811-1916), casado en primeras nupcias con la Sra. Estanislada
Aguado en 1841 y en segundas nupcias con la Sra. Guadalupe Correa. En el año de
1857 en Señor Martínez comienza la remodelación de la propiedad incluyendo la
hermosa fachada revestida de cantera gris plomo; posteriormente la adquiere el
Señor José Sotelo, pariente de los actuales dueños.
El proyecto de la fachada esta realizado en un
hermoso estilo ecléctico renacentista, se desarrolla en siete entre-ejes que
definen toda la fachada, haciendo énfasis en el entre-eje de la composición que
remarca el acceso principal. Los cuatro entre-ejes laterales de la parte izquierda,
esquina con la calle Dr. Francisco Sámano, tres definen el paso de accesorias y
una ventana, que muy a la manera colonial debieron albergar comercios. La parte
derecha ostenta dos ventanas correspondientes a la sala o salón principal de la
casa.
La casa tiene un entablamento superior jónico compuesto,
cornisa corrida con su correspondiente cimacio, goterón y dentículos antes de
estás una hermosa cenefa de ovas romanas y dardos, el inmediato friso está
adornado con una especie de guilloches con flores y hojas de acanto, para
rematar en el arquitrabe con sus correspondientes platabandas
De inmediato al
arquitrabe de puertas y ventanas que descansa sobre una repisa lisa que se abre
en dos a los vanos de los accesos, debajo de las prolongaciones de la repisa se
presenta una serie de tres discos sobre puestos de tamaño descendiente. Debajo de
las repisas se encuentran tipos de blasones lisos al altorrelieve que están
perforados por guirnaldas, que caen a los lados de ellos como festones y por
debajo de la guirnalda se abre el blasón a media luna para enmarcar un elemento
decorativo circular en forma de disco muy usado en el renacimiento, y en
específico en Porta delle Suppliche, de
inmediato se presenta el encuadre de las puertas y ventanas de manera sencilla
y lisa, solo ostenta una pequeña moldura curva y en las esquinas superiores del
marco dos bellas rosetas, el marco se abre en imperceptibles orejetas
terminando en gota de cada extremo, las jambas de las ventanas terminan en su
correspondiente consola o repison y de bajo de esta las sostienen dos cubos con
diamante y ménsulas festonadas rematando en un acanto, entre ambas ménsulas se
encuentra una especie de Cartouche y en el centro una roseta.
La entrada principal se dispone con el mismo
entablamento arquitectónico que las puertas y ventanas, solo que sobresale más
de la fachada y de las puertas y ventanas, a los lados de toda la composición
principal la enmarca dos pilastras estriadas con bandas lisas dando a todo el
conjunto una sensación de grandiosidad, otra diferencia del entablamento anterior
son, las partes que caen de la repisa que se prolongan después del arquitrabe,
se omite la serie de tres discos, substituyéndolas por estrías, antes y después
del dintel y la roseta e inmediatamente aparecen las series de tres discos en
forma y tamaño descendiente sobre las jambas.
Las cuatro entradas de las accesorias también
ostentan el mismo entablamento arquitectónico del resto de la fachada, excepto
en que para estar a la altura del dintel de puertas y ventanas incluyendo el de
la principal el arquitecto solucionó el problema con un doble friso e insertó
cuatro hermosos casetones, uno arriba de cada acceso y delimitando la jamba con
el primer dintel un disco de cada lado.
La esquina esta resaltada con pilastras lisas de
orden jónico con capitel festonado una por cada calle y una delimitando la
propiedad del lado de la Presidencia. Por el lado de la calle de Dr. Francisco
Sámano se abre una puerta con el mismo entablamento arquitectónico que las
anteriores, sobre esa misma calle se observa otra arquitectura más sencilla que
la de la fachada principal, consistente en ventanas y puertas adinteladas de
jambas corridas y tapa alta de finales del siglo XVIII, muy característica de
la arquitectura acambarense y de la región. Referente al interior, la
distribución es sobre un patio cerrado por los cuatro lados con hermosas
arquerías de medio punto, también en cantera gris plomo, de las raras casas en
Acámbaro que poseen claustro cerrado.