lunes, 23 de mayo de 2016

El NIÑO FIDENCIO, EL NIÑO SANTO.

El Niño Fidencio nació en el Rancho de las Cuevas, Irámuco, municipio de Acámbaro Guanajuato, el 18 de noviembre de 1898, fue un famoso curandero mexicano. Su nombre verdadero fue José Fidencio de Jesús Síntora Constatino, venerado ahora por la Iglesia Fidencista Cristiana. La Iglesia Católica no le reconoce estatus oficial de santo, pero su culto se ha extendido por gran parte del norte de México y el sur de Estados Unidos.
El niño Fidencio; de estatura: 1.80 m.; color de piel blanca; Ojos verdes y cabello castaño. Su padre fue el jornalero, Socorro Constantino, casado con María Tránsito Síntora, no indígenas. Tuvo 4 hermanos, Buenaventura, Socorro, Joaquín y Fulgencia. A la edad de 10 años, quedó huérfano de padre y madre. Su hermano dos años menor que él, José Joaquín Constantino, fue su compañero inseparable.
Asistió a la escuela de Irámuco, donde cursó hasta el tercer año de primaria, en la escuela conoce a Enrique López de la Fuente, quien fue su amigo durante toda la vida y su protector, Fidencio comenzó a referirse a López de la Fuente como papa, o "papá". A pesar de que él era sólo dos años mayor que Fidencio, él era un niño muy reservado, que no participaba en los juegos con sus compañeros y le gustaba asistir a los oficios religiosos.

A la edad de 8 comenzó a mostrar poderes mentales especiales; adivinando, pensando, y el reconocimiento de sus compañeros a pesar de los ojos vendados" Él también realizó su primera curación mediante la restauración brazo roto de su madre, sirvió como monaguillo en la iglesia. Fidencio se dice que ha adquirido su apodo de El Niño, debido al hecho de que siempre conservó un tono alto de voz suave y un rostro infantil y comportamiento. Según lo que apunta, Fidencio no se desarrolló sexualmente, siempre fue lampiño, de voz aguda y nunca tuvo relaciones sexuales. Además, se cree que el Niño Fidencio no pasa la pubertad y se mantuvo asexual toda su vida.


En 1921 llegó a Espinazo, Nuevo León, donde se quedó hasta su muerte, en 1938.
Se narra que Fidencio era famoso por realizar operaciones sin anestesia sin causar dolor en sus pacientes y por relacionar sus curaciones con lugares específicos del poblado, como un árbol de pirú desde el cual arrojaba objetos a los congregados a su alrededor siendo curados quienes recibían el golpe y un charco lodoso ubicado en las afueras del poblado, donde sumergía a sus seguidores. Fidencio era conocido por sus habilidades de curación y su trabajo entre los pobres y marginados, entre los leprosos, mentalmente inestables, cojos, ciegos, mudos, muriendo, y muchos otros inundaron Espinazo para ver El Niño para que pudiera liberarlos de su sufrimiento. En 1927, Fidencio informó que había experimentado una visión en la que Jesucristo y el Espíritu Santo se le aparecieron y le llamaron a su vocación sagrada de aliviar el sufrimiento de los demás.
1929 Fidencio enfrentan procesos judiciales por el estado de Nuevo León para la práctica de la medicina ilegal. 1936 El arzobispo de Monterrey envió una delegación a Fidencio solicitando que se deje de administrar los sacramentos. 1993 La Iglesia Cristiana Fidencista fue reconocida por el Gobierno Mexicano.
El 8 de febrero de 1928, a pesar de su agenda política anti-católico, el presidente mexicano Calles visitó con Fidencio durante seis horas. Muchos creen que fue a ver al El Niño por un problema de lepra nodular y buscaba un milagro del santo, se dice que se retiraron con Fidencio a su tren privado e incluso de haberse llevado una prenda perteneciente al curandero. Mientras vivió, Calles mandó mensualmente a un subalterno a Espinazo, para proveerse de medicinas.

El niño trabajaba plazos agotadores sanando sus enfermos. Era común la jornada in-interrumpida de 48 horas. Se supone que Fidencio murió de cansancio a la edad de 40 años el 19 de octubre de 1938 en Espinazo y se le determinó anemia, aunque otros pensaron que se trataba de alcoholismo.

Nuevamente otro Acambarense entreteje la historia de México, cubriendo de magia nuestra hermosa tierra.





No hay comentarios:

Publicar un comentario