LA
HACIENDA DE SAN CRISTÓBAL DE ACÁMBARO.
La hacienda de San Cristóbal de Acámbaro; se fundó
como latifundio aproximadamente a mediados del siglo XVII, y gran parte del
casco fue construido a finales del XVII y principios del XVIII. Los datos más
antiguos que he estudiado refieren a sus propietarios casi todo el siglo XVIII,
a los Albarrán Carrillo, lo cierto es que en 1689 en Don Pedro Basilio Albarrán
Carrillo casado con Doña Antonia Castellanos Martínez, compra en remate las
haciendas de San Cristóbal, Parácuaro, la Trinidad, San José, Chamácuaro,
Encarnación, Santa Catalina, San Juan, Coyotes, Guadalupe y Puerto Ferrer.
Posteriormente en 1714, aparece como propietario el matrimonio compuesto por
Don Manuel Albarrán Carrillo y Castellanos y Doña Josefa de Echeverría (AGN,
tierras, vol. 310.). A mediados del siglo XVIII, eran dueños de la hacienda,
Don Tiburcio Albarrán Carrillo y Echeverría, casado con Doña. María Josefa
Medina y Vela, el 5 de septiembre de 1749, en la Ciudad de México. Doña María
Josefa Medina y Vela fue sobrina de Don Juan María de Medina y Torres, Tesorero
de la Real Casa de Moneda de México que en el año de 1776 se le otorgó el
título de Conde de Medina y Torres, (ósea que Doña María Josefa Medina, todo el
tiempo que estuvo en Acámbaro, su tío no poseía ningún título) y mucho peor,
sobre ella nunca recayó este título, éste quedo vacante cuando los Mariscales
de Castilla XIII se reusaron aceptar el título. Don Tiburcio y Doña María
Josefa tuvieron una hija, Doña María Manuela Albarrán Carrillo y Medina
(1760-1787), casada en octubre de 1785, en la parroquia de Acámbaro con
Don Manuel Ignacio Monterde y Antillón y Monterde y Antillón, segundo Conde de
la Presa de Jalpa y Vizconde de Val de San Pedro. Finamente por
problemas económicos en 1762 Don Tiburcio Albarrán Carrillo vende las haciendas
de San Cristóbal, Parácuaro, San José, Puerto Ferrer, Santa Catalina,
Encarnación, Chamácuaro, San Juan, Coyotes, la Trinidad y Guadalupe al
Bachiller Juan Manuel Primo y Jordán; posiblemente el bachiller fuese presta
nombre del Colegio de la Compañía de Jesús en la ciudad de Querétaro, ya que en
el último tercio del siglo XVIII la hacienda de San Cristóbal de Acámbaro y las
otras haciendas las subasto la Junta de Temporalidades a la expulsión de los
Jesuitas.
Durante el siglo XVIII, destacaron muchos hombres por su visión para los
negocios, entre ellos figuraba, Don Pedro María Romero de Terreros y Ochoa y
Castilla (1710-1781), que el Rey Carlos III de España le concediera el título
de Conde de Santa María de Regla, por su buen desempeño en puestos públicos y
su basta fortuna, casado con Doña María Antonia Josefa Micaela Trebuesto
Dávalos y Bracamonte (1732-1766) hija de la tercer Condesa de Miravalle Doña
María Magdalena Catarina Dávalos de Bracamontes y Orozco (1701-1777) la de
Tuxpan Michoacán. En esta afamada e ilustre familia procrearon ocho hijos de
los cuales fueron:
1.- María Micaela Gregoria
nacida en la Ciudad de México el 09 de mayo de 1757, fue bautizada en la ciudad
de México el 18 de mayo del 1757 y falleció el 20 de agosto de 1817 a la edad
de 60 años, Marquesa de San Francisco II.
2.- Juana, (1758-1762) murió
niña.
3.- María Antonia Manuela
Silveria, 1759-1788).
4.- María Ignacia Josefa Ceferina, (1760-1800).
5.- Pedro Ramón, (1761-1809),
Conde de Santa María de Regla II.
6.- Francisco Xavier María
Ciriaco Miguel, (1762-1778), murió muy joven de 16 años en Madrid, Marqués de
San Francisco I, se le concedió el título el 30 de diciembre de 1776.
7.- María Dolores Josefa
Gertrudis, (1765-1840), Marquesa de San Francisco III y a la muerte de su
hermana Micaela y Marquesa de Herrera; casada el 18 de marzo 1787, con Vicente
Herrera Rivero (1733-1794) Marqués de Herrera y casada en segundas nupcias en
la Parroquia de San Sebastián Madrid, España, (1799) con Manuel José de la
Pedreguera Morales (n. Veracruz 1775)
1. Manuel José
Carlos Juan Bautista de la Pedreguera Romero de Terreros (1802-22 de agosto de
1874) IV Marqués San Francisco, desde (1835), casado con Manuela Peña, murieron
sin sucesión.
2. Juan
3. Isabel de la
Pedreguera Romero de Terreros, Monja Brígida en Madrid murió el 19 de mayo
de1853. Sus bienes al igual que su hermano Francisco, que eran cuantiosos y los
heredaron a su primo paterno Francisco Betti y Predreguera (n.1824, muerto el
13 de mayo de 1892); casado en 1849 con María de la Luz Rocha Martínez y en
segundas nupcias en 1854 con Isabel Lozano Medrano.
8.- José María Antonio, (1766-1815), Marqués de San Cristóbal
I.
Recuerdan que la Hacienda de Loreto la estación de ferrocarril se llama Teresa, en honor a los dueños de la propiedad los Señores Betti
A la expulsión de los
Jesuitas, el gobierno Virreinal expropio todos sus bienes y mediante la Junta
de Temporalidades puso en subasta gran parte de sus propiedades, muchas de
estas fueron adquiridas por tres de los más grandes Mayorazgos de la Nueva
España.
El primer mayorazgo vinculado
al Condado de Regla, a favor de su primogénito Pedro Ramón Romero de Terreros y
Trebuesto, lo componían las minas y hacieda de beneficio de ral del Monte y
Zimapán, la mansión de la calle de San Felipe Neri en México y minas exostentes
en Pachuca, las haciendas de San Javier, Chicavasco, San Pablo, la Concpción,
la Florida, Pastores de Ocuila, Santa Lucia, Tepenemé, San Juan de la Labor,
Ixtula, San Juan Bautista, Estanzuela y Algives.
El segundo formado por el
Condado de Regla y el Marquesado de San Cristóbal, entre las principales
propiedades destacan: las haciendas de Casa Blanca, la Gavia, Jalpa, Temoaya,
Santa Inés, Portales, Xuchimancas, Pastores de Colima, Jilotzingo, el Panal, la
Concepción, Jáuregui y Tepozotlán.
El tercer mayorazgo,
constituido por el Condado de Regla y el Marquesado de San Francisco, que entre
sus propiedades fueron adquiridas las haciendas de: San Cristóbal en Acámbaro,
la Cañada, Coyotes, Magueyes, Parácuaro, San Juan, San Nicolás, La Trinidad.
Guadalupe y una casa en Acámbaro. Archivo General de la Nación (AGN) vínculos.
Podemos definir como Mayorazgo
al derecho de reinar por un mismo principio que daba a un Rey los derechos de
dominio indivisibles e inalienables, es la consolidación de un conjunto de
inversiones, tanto rurales como urbanas; consolida la propiedad para no
dividirse jamás y pasar de forma intacta a través del tiempo de las manos del
patriarca a un solo heredero” Doris M. Ladd. “La Nobleza Mexicana”, (pp. 104,
105).
La hacienda de San Cristóbal a
formar parte del Mayorazgo conformado por el Condado de Regla y el Marquesado
de San Francisco I, el primer Marques de San Francisco murió a la edad de 16
años, su título nobiliario junto con sus propiedades pasaron a manos de su
hermana mayor Doña María Micaela Gregoria Romero de Terreros y Trebuesto
segunda Marquesa de San Francisco.
La verdadera identidad de
nuestro personaje en la leyenda de la Condesa del Pedreguero; la verdadera
dueña y habitante de la hacienda de San Cristóbal fue Doña María Micaela
Gregoria Romero de Terreros y Trebuesto segunda Marquesa de San Francisco, durante el
periodo comprendido de 1778 hasta su muerte en 1817, su título y propiedades
incluyendo la hacienda de San Cristóbal, pasaron a manos de su hermana menor
Doña María Dolores Romero de Terreros y Trebuesto de Pedreguera, Marquesa de
Herrera y Marquesa de San Francisco III. Al recibir la propiedad Doña María
Dolores residió en San Cristóbal, pueda ser que hasta consumada la
independencia.
Posiblemente se confunda el
apellido de Don Manuel José de la Pedreguera Morales con el de Condesa del
Pedreguero.
Existe de la
“Defensa jurídica de la Señora María Micaela Romero de Terreros y Trebuesto,
Marquesa de San Francisco, en los autos de capítulos promovidos ente el
Superior Gobierno de esta N. E. por Don Antonio Larrondo, justicia encargado
del partido de Acámbaro, jurisdicción de Celaya, sobre la conducta observada en
la hacienda de San Cristóbal y el mal tratamiento de sus operarios libres y
esclavos, cuya causa pende en la Real Sala del Crimen por apelación que la
expresada señora Marquesa interpuso de la determinación definitiva que se
dictó por la Intendencia de Guanajuato, por el Lic. Fernando Fernández de San
Salvador, abogado de la Real Audiencia y de su Ilustre Colegio, año de 1796”.
Como dato
curioso, en la oficina del Licenciado Fernández de San Salvador, que era tío
materno de Doña Leona Vicario, está conoció a Don Andrés de Quintana Roo, quien
era ayudante el Lic. Fernández.
Es importante mencionar la
gran similitud en las dos leyendas, claro, de la Condesa de Miravalle parte en
gran forma la leyenda de la Condesa del Pedreguero, no sé dónde Zavala Paz
recoge o recopila datos para escribir su leyenda, el hecho es que su fuente se
confundió o sencillamente la maldad la traían en la sangre la Marquesa
de San Francisco II, Doña María Micaela Romero de Terreros era nieta de Doña
María Magdalena Catarina Dávalos y Bracamonte Condesa de Miravalle III la
de la leyenda de Tuxpan.
Es evidente que confundimos
gran parte de la historia de la Condesa de Miravalle con la desarrollada en la
hacienda de San Cristóbal, obviamente la Marquesa de San Francisco II, no era
un ejemplo de virtudes, el hecho esta de su comportamiento con sus operarios,
la demanda interpuesta por su conducta. Fuese lo que fuese, la leyenda de la
Condesa del Pedreguero de Zavala Paz, tiene más que encanto, excelente
redacción, pero es importante conocer fehacientemente nuestros personajes,
donde vivieron, como vivieron , porque finalmente son parte de nuestra
identidad de muestro entorno pertenecieron a Acámbaro y nosotros somos él.
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