martes, 26 de noviembre de 2019


Palacio de los Sámano Serrato.

Acceso principal.

Sin duda es una de las casas señoriales que aún se conservan en nuestra ciudad, a pesar de que ya no ostenta su original magnificencia, entre las que destacan sus ventanas, ni remates superiores gracias al famoso Plan Guanajuato (1964-1967) se abrió 1.30 m. la calle de Hidalgo desde la esquina de Pino Suárez a Leona Vicario, fue el peor crimen perpetrado al acervo arquitectónico histórico de nuestro estado, no dejando pasar por alto la gran culpa de nosotros los ciudadanos acambarenses que permitimos ese horrendo crimen.

Personalmente es un placer hablar de esta casa en la cual fui muchas veces feliz, no solo por estar en ella y disfrutar su hermosura, sus bellos muebles de época, si no por las interminables tardes de plática y grata compañía de las señoritas Sámano, Esperancita y Margarita, que por autorización de Esperancita, les llamaba tías; siempre recordando a los viejos amigos que se adelantaron, hablando de mejores épocas, del Acámbaro chico lleno de recuerdos, de sus fiestas y saraos, de un Acámbaro que se lo llevo el Plan Guanajuato a mediados de los sesenta y todavía algunos soñamos con él de vuelta.

Detalle de la portada principal.

En el exterior el elemento compositivo más llamativo de este palacio sin duda es el acceso principal o portada, es innegable que tiene antecedentes en la tradición ornamental del barroco novohispano del bajío y de la obra del convento con influencia andaluza. Calculo que su manufactura se remonta a principios del tercer tercio del siglo XVIII. Sus tres o cuatro balcones que ya no se volvieron a montar después del famoso plan, consistían en jambas cerradas por dinteles coronados por sencillos entablamentos y sendas rejas custodiaban los vanos de las ventanas que descansaban sobre enormes repisas debajo de la cuales colgaban grandes guardamalletas, todo el frente de la propiedad remataba en una cornisa de cantera gris plomo; desgraciadamente no he podido conseguir una foto de la fachada antes de la afectación.

La portada principal reside en jambas cajeadas de orden toscano a los extremos de la composición sobre las que descansa el dintel que hace escuadra en las impostas, remarcando el rectángulo de las platabandas; un hermoso entablamento remata la composición y en ésta se marcan los resaltos las formas ascendentes de las jambas, la clave del cerramiento ostenta la bella talla en altorrelieve de la Virgen de Guadalupe, coronando la imagen se encuentra al nivel del arquitrabe exquisitos motivos ornamentales consistentes en dobles veneras acanaladas y otros roleos abren paso a la base de otro resalto central que termina en la tapa alta del entablamento, es importante mencionar del uso del friso pulvinato, e igual que en otras obras de la ciudad de perfecta estereotomía.

La puerta de madera de sabino denota su antigüedad, compuesta por dos hojas divididas en dos partes, las superiores más pequeñas ostentan una guardamalleta trunca en bajo relieve a lo ancho de la hoja que por en medio pende un medio capitel del que nacen dos roleos con ornamentos vegetales labrados y de bajo de ellos pequeñas guardamalletas, del centro también se desprenden otras de mayor tamaño formando todo el conjunto una guardamalleta de guardamalletas (efecto muy visible en la pila morisca) en el centro de éstas un par de máscaras con facciones asiáticas en bronce, las dos partes superiores del portón, están remachadas con tres hileras de clavos con chapetón de bronce, prolongan el remate de los capiteles molduras en todo lo ancho de la puerta terminando en los extremos en roleos. Las dos partes bajas  están compuestas por en medio una guardamalleta que termina en dos aldabones de grutescos de bronce, estás partes presentan cuatro hileras de clavos con chapetones de bronce, la parte inferior está adornada por la tercer guardamalleta trunca en bajo relieve, en la parte baja derecha se encuentra el postigo de acceso.
Aldabón de grutesco.

En su interior es un verdadero placer observar a detalle los arcos y elementos arquitectónicos que componen el patio principal, que después del cubo del zaguán se abre un amplio corredor con cinco arcos lobulados y cuatro accesos a los antiguos salones que daban a la calle, todo es de exquisito primor, todo está labrado en magnifica cantera gris plomo, con terminación tipo mármol muy utilizada a finales del siglo XIX o principios del XX; al doblar a la derecha se encuentra otro pasillo de igual magnitud pero este con tres arcos lobulados y dos accesos. La arquería de gran riqueza plástica, dan al conjunto un aspecto espectacular, los arcos de orden barroco andaluz, compuestos por siete lóbulos almohadillados en los intradós, cada uno descansa sobre pilares cuadrados cajeados con bases rectangulares de orden toscano también cajeadas, las pilastras por los intradós y extradós están adornadas por unas medias cañas que terminan en la parte del capitel en una pequeña voluta y palmeta, los extradós de los arcos ostentan bellas molduras chambrantes, compuestas por boceles resaltados y tres platabandas, todo el conjunto está proyectado con un gusto refinado, en cada una de las enjutas reposa una réplica o continuación de la columna que termina en un capitel con caritas de ángeles y otros motivos ornamentales. En la parte superior de las arquerías remata una gruesa cornisa compuesta de finas molduraciones, en cada columna sobrepuesta de las enjutas del capitel se desprenden gárgolas en forma de perros. Todo el patio está enlozado en cantera gris plomo y en el centro un pozo ya tapado con un bello brocal y sobre-brocal de arco de medio punto donde se desprende la polea. Los naranjos del patio colonial le dan un encanto especial y en época de primavera inunda la morada el aroma fresco de los azares.

Patio principal


El corredor en forma de “L” está cubierto con baldosa en el piso, las puertas de las habitaciones y los salones también del repertorio barroco, consistente en el arranque jamabas cajeadas y dinteles que descansan directamente sobre ellos e inmediatamente remata sobre los dinteles una tapa de gran tamaño, todo en cantera gris plomo, imitando mármol, dando un aspecto elegante y refinado. Las puertas y ventana que daban a la calle y corredores están entableradas y talladas con motivos vegetales de gran valor artístico, tipo del Monasterio de San Francisco.

Detalle interior del patio.

En los años maravillosos que visité a las señoritas Sámano en su hermosa casa, la distribución comenzaba cruzando el zaguán e inmediatamente a la derecha se encontraba el salón principal, consistente un cuarto de gran tamaño y altura con una ventana que daba al patio, los muebles con toda seguridad manufacturados por la casa Jorge Unna y Cia. Consistente en un terno sala estilo Luis XVI ecléctico y doce sillas hechas en madera de nogal, tapizados en gobelino de motivos florales, adornaba también el salón un juego de sala y doce sillas de bejuco austriaco manufacturado por Michael Thonet, en magnifico estado, todo resaltaba sobre un gran tapete persa en fondo verde, a los lados del sofá, se encontraban pequeñas columnas de madera laqueadas en negro sobre las cuales se encontraban una pareja de esculturas de gran tamaño de porcelana alemana de Meissen, cruzando el corredor nos encontramos en la primer recámara en donde se encuentra otra de mis piezas favoritas un ropero de dos espejos y gran copete estilo Luis XVI, elaborado en madera de nogal, también de la casa Jorge Unna y Cia, al lado de la calle estaba el costurero, del otro extremo se encontraba la puerta a la otra habitación con el ropero gemelo de la primera, obvio elaborado por Unna. Para salir de las últimas recámaras al corredor se entraba el acceso al salón del caracol, en donde se encontraba el cilindro de las escaleras para subir a la azotea, en ese salón estaba un juego de recámara elaborado en encino americano, de manufactura norteamericana, al parecer usado por el Doctor Sámano y su esposa, también se encontraba una pieza fabulosa consistente en un ropero de dos puertas manufacturado en cedro blanco y laqueado en color negro, con los lados frontales y laterales esgrafiados dejando la madera contrastar con la laca, dando un gran efecto estético, remataba en un copete poco usual calado en motivos florales también en laca negra, pienso que era de mediados del XIX, al parecer parte del ajuar de la casa de sus tías maternas ubicada en el portal Serrato. De frente a la entrada del salón del caracol una ventana a un patio interior, a la derecha se encontraba otro salón o desayunador e inmediatamente un corredor hacia otro patio trasero o de servicio, en el que alguna vez estuvo la entrada de las carrozas y caballerizas por el lado de Juárez; de inmediato al pequeño corredor estaba la cocina y junto se encontraba el comedor principal, que estaba exactamente del lado contrario de corredor principal, en este espacio se pueden apreciar muebles de manufactura mexicana de excelente calidad, una mesa enorme en el centro, aparadores y vitrinas a los lados; todo te trasladaba a épocas pasadas en donde tu mente juega con los olores y colores transportándote a otros días donde todo era diferente, no quieres que pase el tiempo, te quieres quedar ahí para siempre.
Sala principal de la casa Sámano

De su historia se sabe poco, solo que antes de ser dueño el Doctor Francisco Sámano, fue propiedad de Don José Álvarez del Castillo y en 1898 la vendió al Doctor. Sin duda la casa fue manufacturada por gente con grandes recursos económicos ya que esta denota el espacio y lujo de la época en la fue construida. Es importante mencionar en el inventario de propiedades de los Romero de Terreros mencionan una casa en el centro de Acámbaro que perteneció al el tercer mayorazgo, constituido en 1777 por el Condado de Regla y el Marquesado de San Francisco, que entre sus propiedades estaban San Cristóbal, Parácuaro, San José, Puerto Ferrer, Santa Catalina, Encarnación, Chamácuaro, San Juan, Coyotes, la Trinidad y Guadalupe y una casa en Acámbaro. Archivo General de la Nación (AGN) vínculos. Quiero pensar que esta hermosa propiedad formó parte de los bienes de nuestra Condesa de Acámbaro, Doña María Micaela Romero de Terreros y Trebuesto Segunda Marquesa de San Francisco (1757-1817).
Otro ángulo del patio principal.

Los Sámano fueron sus habitantes los últimos 120, echemos un repaso a sus ascendientes, comencemos con: Fermín José Mariano Sámano, (1748-) Tamazula Abasolo, Guanajuato, casado con Ana María Martínez de Borja Campuzano, (1752-), hijo José Bernardo Sámano Martínez de Borja (1783-) casado con María Dolores Silva, hijo 1 Antonio Sámano Silva (1809-) casado María Concepción Ortega Gómez Natera, se casaron en Celaya en 1838, hijo 2 Francisco Sámano Silva (1802-) casado con María Josefa García Anaya (1827), hijo José María de los Dolores Sámano García (1829-) casado en 1854 con, María Ignacia de Jesús Román Mendoza (1833-). Pariente de Gertrudis Bocanegra Mendoza heroína de la Independencia, y ambas descendientes de los Huitzimengari antiguos Reyes de Michoacán, hijos hijo 1 José María Sámano Román (1857-) no se casó Pátzcuaro; hija 2.- María Concepción Lorenza Dolores de Jesús Sámano Román (1859-1911) Pátzcuaro-Acámbaro, casada con Florencio Rafael Álvarez del Castillo Errejón (1856-) Acámbaro se casa en 1880; hijo 3 José Demetrio Francisco Estanislao de Jesús Sámano Román (1861-1919) Pátzcuaro-Acámbaro, casado con Paz Serrato de la Llata (1868-), se casan en 1889, hijos: María Dolores Sámano Serrato, Paz Sámano Serrato, María Sámano Serrato, Carmen Sámano Serrato, Concepción Sámano Serrato, Francisco Sámano Serrato, Ignacio Sámano Serrato, Guillermo Sámano Serrato, Manuel Sámano Serrato, Alberto Sámano Serrato, Josefina Sámano Serrato, Vicente Sámano Serrato, Salvador Sámano Serrato, Margarita Sámano Serrato, Esperanza Sámano Serrato y María Guadalupe Sámano Serrato; hijo 4 José Agustín Federico Gabriel de Jesús Sámano Román (1864-) Pátzcuaro-Monterrey, casado con Adelaida Álvarez del Castillo Roaro, (1873-), hijo Agustín Sámano Álvarez del Castillo (1902) casado Carolina Maldonado Álvarez del Castillo; hijo 5 José Hermenegildo de Jesús Sámano Román (1866-) Pátzcuaro, hijo 6 José Rafael de los Dolores de Jesús Sámano Román (1867-) Pátzcuaro-Cd. México, casado con Josefina Granados y Lazo (1873-1963).

Entre los ilustres personajes que pisaron esta casa, se encuentra el asturiano Don Juan Llamedo, dueño de la hacienda de San Cristóbal y del ramal de ferrocarril Acámbaro-Jerécuaro, prestanombres del presidente Gral. Porfirio Díaz, muy amigo de la familia Sámano.



                                                             José María Sámano Román, María Ignacia de Jesús
                 Román Mendoza, María Concepción Lorenza Dolores
                 de Jesús Sámano Román, José Demetrio Francisco
                 Estanislao de Jesús Sámano Román y José Agustín
                 Federico Gabriel de Jesús Sámano Román.
                                         (Daguerrotipo)

Antepasado de los Sámano.
(Óleo sobre placa de marfil).

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