viernes, 8 de diciembre de 2017

La casa de Don Herminio Serrato Guerrero.

Una de las fotos que más me gusta, se admira un Acámbaro bello y limpio

Ubicada en la esquina de las antiguas calles de La Aurora y San Francisco, remataba al borde de la pilastra de la intersección una hermosa cruz de cantera gris de muy buen tamaño, que en la actualidad ha desaparecido. La casa se remonta a mediados del siglo XVIII, en su exterior se puede observar en la foto una casa austera sin dejar de ser bella, sobre la esquina se puede observar una accesoria con dinteles bellamente tallados, y sobre la calle de San Francisco, hoy Juárez, se aprecia el portón que actualmente existe y enmarca una bella puerta del siglo XVIII bellamente remachada, de inmediato una tercia de ventanas enmarcadas en cantera gris, que exactamente esa parte fue la que se vendió de la casa original, su arquitectura consistente en ventanas y puertas adinteladas de jambas corridas y tapa alta y rematando toda la esquina una sencilla moldura también en cantera.

En esta impresión se admira la bella cruz sobre la casa Serrato y las tres ventanas actualmente desaparecidas.

Sobre la calle Leona Vicario se vendió otra parte al Dr. Hernández, por dentro todavía existen los quicios de las puertas que conectaban a la casa de la Sousa Vargas, también parientes. Por el Interior, al frente de la entrada principal sobre hoy Juárez lucía un corredor de cuatro o cinco arcos de medio punto en cantera gris plomo de gran altura, en la actualidad solo existe uno y medio arco los otros fueron derribados al igual que la tercia de ventanas al ser vendido el predio al Dr. Herrera.



De los habitantes de ese predio a finales del siglo XIX y parte del XX, Don Herminio Serrato Guerrero (1852-1907) casado en 1894 con la Sra. Eugenia Vargas Camacho nacida en 1868.

Hagamos un poco de historia sobre esta familia, Don Herminio, fue hijo de Don Vicente Serrato, nacido en 1804, casado en primeras nupcias con Lorenza Padierna (1790-1843), desconozco si hubo descendencia de este enlace, en el año de 1844 se casa en segundas nupcias con María de Jesús Guerrero Torres (1821-1865), hija de Ramón Guerrero y Petra Torres; de este matrimonio nació Don Herminio y María Guadalupe (1849-1889) casada con el Lic. José María Larrondo Paniagua nacido en 1833. 

lunes, 30 de octubre de 2017

La casa de los Larrondo.

Una casa verdaderamente hermosa ubicada en la esquina de las antiguas calles de San Francisco y Campos Elíseos, perteneciente a finales del siglo XVIII y principios del XIX al Teniente Coronel Juan Bautista Larrondo Marticorena y su señora esposa María Catalina Gómez Larrondo de Larrondo.

Esta casa esta manufacturada en un estilo neoclásico con sencillo y hermoso entablamento superior dispuesto en su fachada que corre sobre la calle de Juárez, sus ventanas con marco de cantera chambrana y con tapa y friso muy a la arquitectura de Morelia, con toda seguridad la casa fue realizada en el último tercio del siglo XVIII.

 
Puerta principal de la casa de los Larrondo siglo XVIII, Pino Suarez 78

La entrada principal al igual que las ventanas ostenta un bello marco chambrante de cantera gris plomo, arriba de esta un hermoso friso con exquisita rocalla, posteriormente un dentellón antes de llegar a la tapa que corona la puerta como a las ventanas, entablamento superior sencillo con su correspondiente cimacio y goterón.


En su interior un par de corredores de tres arcos, dispuestos oriente-poniente de magnifica manufactura de orden toscano en cantera gris plomo, la mayor parte de puertas y ventanas en su interior están enmarcadas en cantera gris, con bellísimos esviajamientos o veneras con cabezas humanas muy al barroco andaluz de la época.

Al lado derecho de la fotografía se observa por del lado de Pinosuarez cinco ventanas y la puerta principal de la casa Larrondo

De sus antiguos moradores podemos mencionar al Teniente Coronel del Regimiento Provincial de Milicias de Celaya Juan Bautista Larrondo Marticorena nacido en 1767, hijo del ilustre Licenciado Antonio Larrondo y Rivera y María Josefa Marticorena casados en 1762. Larrondo y Rivera fue encargado de la Justicia en el Partido de Acámbaro en la Jurisdicción de Celaya; a él se le debe la demanda en contra de la Marquesa de San Francisco en 1792, presentando la demanda en la Real Sala del Crimen de la Audiencia de México, acusándola de mandar arrestar y encarcelar, por medio de su administrador y sus trabajadores a siete hombres por no pagarle dinero que le debían, además se le acusaba que sus capataces habían atropellado en su derecho a los Ministros de Vara de justicia mandados por el Encargado de Justicia de Acámbaro, y que habían apaleado sin motivo a un pobre arriero, y que castigaban con cepo, grillo y azotes a los operarios de la hacienda y por último que la Marquesa de San Francisco María Micaela, mandó acuñar su propia moneda y que tenía ilegalmente una cárcel dentro de la hacienda de San Cristobal.

Al lado derecho de la fotografía se observa la serie de ventanas de la casa Larrondo

Don Antonio Larrondo y Rivera fue hijo de Don Juan Bautista Larrondo y de Maria A. de Rivera.

La esposa de Don Antonio Larrondo, Doña María Josefa Marticorena, era hija de José Román Marticorena, este a su vez era hijo de Juan Marcial de Marticorena e Isabel Martín de las Casas Dueños de las haciendas de Jaripeo, la Encarnación y Santa Clara, todas en la jurisdicción de Acámbaro.

Doña María Catalina Gómez Larrondo de Larrondo nacida en 1778, fue hija de Nicolás Gómez y de María Francisca Larrondo, con toda seguridad a la heroína acambarese le unía un parentesco cercano a su esposo Don Juan Bautista Larrondo. Del Matrimonio Larrondo Gómez, solo se sabe del nacimiento de una hija llamada Margarita Ignacia Antonia Faustina de San Juan Nepomuceno de Larrondo Gómez, nacida el 15 de febrero de 1807 en la Ciudad de México, fue Bautizada en el Sagrario por Don José María Alcalá y Orozco, canónigo de la Catedral de México, ilustre acambarense nacido en 1760; fue doctor en teología y miembro del cabildo de la Catedral de México.

Alcalá y Orozco formó parte de la sociedad secreta de “Los Guadalupes”, movimiento que apoyó la causa insurgente con recursos económicos, políticos y de imprenta, teniendo presencia en todas las provincias de México a través de acaudalados comerciantes, abogados de prestigio y de otras profesiones y personalidades. “Los Guadalupes” se vieron involucrados en la organización del movimiento revolucionario, entre ellos varios clérigos participaron en el movimiento insurgente desde sus inicios, uno de ellos fue Don José María Alcalá y Orozco, fue uno de los primeros conspiradores de 1811, mantenía correspondencia secreta con el Padre de la Patria Don Miguel Hidalgo y Costilla y Don José María Morelos y Pavón y con toda seguridad con el matrimonio Larrondo Gómez, la prueba de ello el bautizo de su hija en el Sagrario Metropolitano. Demostrando abiertamente que este matrimonio estaba ligado de manera directa con el movimiento independentista y que las actividades realizadas por Doña Catalina no fueron realizadas por casualidad, al contrario por un espíritu férreo, cansado del dominio y represión española.

En la parte posterior de la fe de bautizo de la hija del matrimonio Larrondo Gómez, se observa la firma autógrafa de Don José María Alcalá y Orozco.

miércoles, 16 de agosto de 2017

CASA DE LOS RODRÍGUEZ-DURÁN.



Bella tarjeta estereoscópica de Julio Michaud, fechada en 1880.

Esta hermosa propiedad ubicada en la esquina de Doctor Sámano y Benito Juárez, perteneciente actualmente a la Familia Rodríguez Durán. Fue manufacturada en el tercer tercio del siglo XVIII, perteneciente a la Señorita María Isabel Villa Padierna, en el año de 1856 vende al Señor Loreto Martínez (1811-1916), casado en primeras nupcias con la Sra. Estanislada Aguado en 1841 y en segundas nupcias con la Sra. Guadalupe Correa. En el año de 1857 en Señor Martínez comienza la remodelación de la propiedad incluyendo la hermosa fachada revestida de cantera gris plomo; posteriormente la adquiere el Señor José Sotelo, pariente de los actuales dueños.


El proyecto de la fachada esta realizado en un hermoso estilo ecléctico renacentista, se desarrolla en siete entre-ejes que definen toda la fachada, haciendo énfasis en el entre-eje de la composición que remarca el acceso principal. Los cuatro entre-ejes laterales de la parte izquierda, esquina con la calle Dr. Francisco Sámano, tres definen el paso de accesorias y una ventana, que muy a la manera colonial debieron albergar comercios. La parte derecha ostenta dos ventanas correspondientes a la sala o salón principal de la casa.
La casa tiene un entablamento superior jónico compuesto, cornisa corrida con su correspondiente cimacio, goterón y dentículos antes de estás una hermosa cenefa de ovas romanas y dardos, el inmediato friso está adornado con una especie de guilloches con flores y hojas de acanto, para rematar en el arquitrabe con sus correspondientes platabandas


De inmediato al arquitrabe de puertas y ventanas que descansa sobre una repisa lisa que se abre en dos a los vanos de los accesos, debajo de las prolongaciones de la repisa se presenta una serie de tres discos sobre puestos de tamaño descendiente. Debajo de las repisas se encuentran tipos de blasones lisos al altorrelieve que están perforados por guirnaldas, que caen a los lados de ellos como festones y por debajo de la guirnalda se abre el blasón a media luna para enmarcar un elemento decorativo circular en forma de disco muy usado en el renacimiento, y en específico en Porta delle Suppliche, de inmediato se presenta el encuadre de las puertas y ventanas de manera sencilla y lisa, solo ostenta una pequeña moldura curva y en las esquinas superiores del marco dos bellas rosetas, el marco se abre en imperceptibles orejetas terminando en gota de cada extremo, las jambas de las ventanas terminan en su correspondiente consola o repison y de bajo de esta las sostienen dos cubos con diamante y ménsulas festonadas rematando en un acanto, entre ambas ménsulas se encuentra una especie de Cartouche y en el centro una roseta.


La entrada principal se dispone con el mismo entablamento arquitectónico que las puertas y ventanas, solo que sobresale más de la fachada y de las puertas y ventanas, a los lados de toda la composición principal la enmarca dos pilastras estriadas con bandas lisas dando a todo el conjunto una sensación de grandiosidad, otra diferencia del entablamento anterior son, las partes que caen de la repisa que se prolongan después del arquitrabe, se omite la serie de tres discos, substituyéndolas por estrías, antes y después del dintel y la roseta e inmediatamente aparecen las series de tres discos en forma y tamaño descendiente sobre las jambas.



Las cuatro entradas de las accesorias también ostentan el mismo entablamento arquitectónico del resto de la fachada, excepto en que para estar a la altura del dintel de puertas y ventanas incluyendo el de la principal el arquitecto solucionó el problema con un doble friso e insertó cuatro hermosos casetones, uno arriba de cada acceso y delimitando la jamba con el primer dintel un disco de cada lado.


La esquina esta resaltada con pilastras lisas de orden jónico con capitel festonado una por cada calle y una delimitando la propiedad del lado de la Presidencia. Por el lado de la calle de Dr. Francisco Sámano se abre una puerta con el mismo entablamento arquitectónico que las anteriores, sobre esa misma calle se observa otra arquitectura más sencilla que la de la fachada principal, consistente en ventanas y puertas adinteladas de jambas corridas y tapa alta de finales del siglo XVIII, muy característica de la arquitectura acambarense y de la región. Referente al interior, la distribución es sobre un patio cerrado por los cuatro lados con hermosas arquerías de medio punto, también en cantera gris plomo, de las raras casas en Acámbaro que poseen claustro cerrado.













viernes, 4 de agosto de 2017

El Puente de Piedra.




El puente de piedra es un icono de nuestra hermosa ciudad, construido en el año de 1785, considerado uno de los más largos y mejor construidos de todo el periodo colonial según un inventario ordenado por el Conde de Revillagigedo en 1795.

Conocido como Puente de Piedra por el material utilizado, permitió unir la parte central, Ciudad de México y la parte Purépecha, la antigua Valladolid, dando lugar a intercambio comercial en ambas partes, dotando de granos los centros mineros del bajío y Zacatecas. En su lado oriente en cada pilar termina en forma de cuña en contra corriente funcionando como parte agua, separando en dos la fuerza del agua.

En las entradas del puente terminan en cuatro esquinas con pedestales de cantera gris con columnas estriadas adosadas a un cuerpo central, los pedestales están rematados en un gran perillón sobre el cual descansan cuatro esculturas religiosas de cantera gris las cuales son la Virgen María y San José en la parte Norte y en la parte Sur se pueden apreciar las imágenes de San Francisco y la Virgen de Guadalupe, el puente está diseñado en un sencillo y elegante estilo Neoclásico, mientras que las cuatro columnas que lo flanquean están manufacturadas en un hermoso barroco no pudiendo faltar el en el entablamento superior el friso pulvinato característico de la arquitectura colonial acambarense, calculo que estos cuatro monumentos son del último tercio del siglo XVIII.

Existió un primer puente del que solo se conserva un arco, este fue terminado en el año de 1751 de acuerdo a los documentos de autorización del cabildo de la Catedral de Valladolid para su realización.

El Puente denominado del Hambre, atribuido al obispo Fray Antonio de San Miguel Obispo de Michoacán (1783-1804), construido en el año de 1785, fue financiado en su totalidad por comerciantes locales, gracias al auge de la lana y algodón en la región a finales del siglo XVIII, y a la producción de una gran cantidad de textiles. Que hizo frente a la situación de hambre del año de 1785-1786, una estrategia de producción, y mejoramiento de la infraestructura por parte del Obispado, hacendados y textileros, se supone que el costo del puente fue superior a los ochenta y cinco mil pesos.

Existe mucha duda sobre el año de manufactura del puente, unos escritores lo ubican en 1751, según lo que describe Francisco Javier Clavijero  en el año de 1787, refiere “Sobre el rio grande de Guadalajara, que tiene allí un puente elevadísimo…..”. El arco que aún subsiste denota que no se trataba de un puente elevadísimo, entonces a cual se refiere Clavijero, supongo que al actual. Hay otra fecha que refiere a la construcción del puente que es 1785, el puente del año del hambre, lo cual se me hace más fiel, en el sentido del año de la manufactura de los cuatro pilares.

Lucas Alamán refiere sobre él “Esta magnífica obra, fue construida a expendas del Obispo de Valladolid, Son Antonio de San Miguel en el año de 1786, en este año del hambre, con esta obra se ayudó al pueblo, ocupando gente y pagando salario de ese tiempo”

Se habla de un puente mandado hacer por la Orden de los Carmelitas, igual que el puente de Salvatierra fechándolos en 1640, que pudiese ser el arco que sobrevive a un lado del puente grande, que es arquitectónicamente muy parecido al de Salvatierra, pudiendo ser coetáneos.










 Fotografía tomada por B. L. Singley, en el año de 1894.


Fotografía tomada por B. L. Singley, en el año de 1894.



Exposición de Charles Burlingame. 










Esta foto es parte de una tarjeta estereoscópica también de B. L. Singley posiblemente de 1894.




Foto tomada desde el puente en el año de 1880.


 

lunes, 27 de marzo de 2017

El Jardín Hidalgo


Desde su fundación el pueblo de Acámbaro tuvo distribuidos y representados sus servicios por una plaza central, plazuelas, cementerio e iglesias. Su traza original fue en forma de retícula, calles rectilíneas y cruzadas de manera de formar manzanas, la mayor parte de las calles originalmente tenían la misma anchura excepto la calle real, que era más amplia, hoy Avenida Hidalgo.

Para la plaza central se destinó el rectángulo poniente del atrio que hoy delimitado por las calles de Guillermo Prieto, Matamoros, Hidalgo y Guerrero, mismo que fueron rodeadas de casas, la plaza o jardín Hidalgo es lo que hoy conocemos por la plazuela incluyendo parte del jardín frente a la primaria Benito Juárez, estuvo rodeada de los acostumbrados portales.  

De su historia ni lo dudamos, con más de 400 años siendo parte del corazón del mismo Acámbaro; desde la época colonial el Jardín Hidalgo o Plazuela ha sido lugar perfecto de recreo para los pobladores y foráneos, se han quedado marcadas en su plancha las pisadas de Hidalgo, Maximiliano de Habsburgo, Marquez, Gárcia Pueblita, Ines Chavez Garcia, Régules, Cárdenas y muchos más. Veamos pues.

A la derecha parte del portal Victoria y de frente el portal de Tabaqueros. Hoy esquina de Pinosuárez con Hidalgo

Los portales llamados Victoria corrían sobre la avenida Pinosuárez y daban vuelta sobre Hidalgo, daban al frente de la casa de la familia Porto hoy hotel Virrey de Mendoza, consistían en seis o siete arcos y continuaban hasta la esquina, posiblemente otros cinco arcos más para dar vuelta sobre la avenida Hidalgo otra serie de seis o siete arcos más. 

Por el lado de la calle Guerrero corría otro portal llamado de Tabaqueros, también de construcción colonial, pienso yo que lo formaban de siete a ocho arcos.

Sobre la calle de Matamoros encontré esta hermosa foto de la cárcel, con su hermosa fachada con frontón mixtilíneo y su acceso con jambas corridas y cerramiento con platabandas rematando en las impostas y plintos respectivamente y cierra en un entablamento que incluye el famoso friso pulvinato, característico de la arquitectura colonial acambarense; y sus dos ventanas de cada lado con el mismo entablamento, en esta foto ya se les veía el antepecho o repison rasado y debajo sus hermosas guardamalletas, característico de la arquitectura de la región. 

En esta bella exposición lograda por el fotógrafo estadunidense William Jackson, por año de 1890, en la esquina de Guerrero e Hidalgo, se observa una calle limpia, se pueden contemplar las hermosos arcos mixtilíneos entradas al atrio del templo parroquial. 

Otra secuencia del jardín Hidalgo, podemos observar al fondo cuatro arcos que componían el portal de Araró sobre la calle de Guillermo Prieto, perteneciente a la casa de la familia Granados, hoy Hotel San Francisco.

En esta hermosa panorámica se puede observar del lado medio superior derecho, los cuatro arcos que componían el portal de Araró

En esta fotografía podemos observar el centro del Jardín Hidalgo, consistente en una fuente, que a la fecha la podemos disfrutar a un lado de la plazuela. Hermosa fuente colonial yo calculo que su manufactura se remonta al primer tercio del siglo XVIII, anteriormente se le llamaba de las garzas porque el vertedor tiene forma de garzas; consistente en una columna en forma de tibor rematada alrededor por cuatro medallones sobre alzados y motivos florales sobre una base de orden toscano. La fuente de forma circular desvanecida hacia su base, la adorna después de su borde una cenefa de guirnaldas en forma recta compuesta por motivos vegetales, posteriormente se observa un friso estriado convexo para terminar en anillo más desvanecido, está sentada sobre una base redonda escalonada, es de muy bella manufactura y adorna un jardín florido lleno de plantas y árboles de fresno todo muy romántico, dividido por estilóbatos con copones en cada esquina de las entradas. 

martes, 21 de marzo de 2017

Acámbaro en la Historia: Don José María Alcalá y Orozco. ...

Acámbaro en la Historia: Don José María Alcalá y Orozco.

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: Don José María Alcalá y Orozco. Nació en Acámbaro, pueblo perteneciente al ob...
Don José María Alcalá y Orozco.


Nació en Acámbaro, pueblo perteneciente al obispado de Michoacán en la época colonial, hoy parte del estado de Guanajuato. Fue, según narra la cartela que acompaña la pintura, colegial de los seminarios tridentinos de Valladolid y México; bibliotecario y catedrático de filosofía, diputado...


Don José María Alcalá nació en Acámbaro, Guanajuato en 1760; fue doctor en teología y miembro del cabildo de la Catedral de México. Formó parte de la sociedad secreta de “Los Guadalupes”, movimiento que apoyó la causa insurgente con recursos económicos, políticos y de imprenta, teniendo presencia en todas las provincias de México a través de acaudalados comerciantes, abogados de prestigio y de otras profesiones y personalidades.

Durante la gesta de la Independencia de nuestro país, “Los Guadalupes” se vieron involucrados en la organización del movimiento revolucionario, entre ellos varios clérigos participaron en el movimiento insurgente desde sus inicios, uno de ellos fue Don José María Alcalá y Orozco, canónigo de la Catedral de México (1806-1814), fue uno de los primeros conspiradores de 1811, mantenía correspondencia secreta con el Padre de la Patria Don Miguel Hidalgo y Costilla y Don José María Morelos y Pavón.

Alcalá y Orozco se hizo cargo de las elecciones parroquiales del Sagrario Metropolitano de 1812 y 1813, y en 1814 lo enviaron a España como diputado a las Cortes, aunque él no tomó posesión de este importante cargo. Falleció el 8 de diciembre de 1819 y fue sepultado en el cementerio de la Puerta de Fuencarral. Autor del libro “Elogios latino y castellano del .Sr. D. Francisco Xavier de Lizana y Beaumont, Arzobispo y Virrey de México, pronunciado en las solemnes honras”.

Nuevamente otro acambarense cubre de gloria nuestra patria y nuestra tierra.

martes, 14 de marzo de 2017

ESTACIÓN DEL FERROCARRIL DE ACÁMBARO SEGUNDA PARTE.


Anteriormente ya habíamos hablado de la estación del ferrocarril de Acámbaro, pero me llegó nuevo material fotográfico, el cual se los comparto.
  

En esta hermosa fotografía se observa una estación pequeña, solo con la primera parte construida entre 1890 y 1900 en hermoso estilo Shingle, la estación fue ampliada posiblemente en la década de los años 30’s anexando una sala de espera, la nueva área está muy bien integrada a la primera edificación no degradando el estilo; tanto que nunca me di cuenta hasta que observe en las antiguas fotografías que la sala de espera no estaba incluida en el proyecto original.

Aquí podemos contemplar la segunda parte de la construcción, consistente en la sala de espera.

Yo calculo que esta panorámica está tomada entre 1880 a 1890, porque aún no estaba construida la actual estación. También lo podemos observar por el tipo de locomotora americana de vapor 4-4-0, que consume madera, utilizadas a finales del siglo XIX.
A mano izquierda en donde se ve la gente de pie y sentada, yo calculo que es el área que actualmente ocupa el edificio de la estación, la primer vía de izquierda a derecha es la principal que algunos metros se bifurca, a la izquierda hacia la ciudad de Morelia y en línea recta a Celaya; la otras vías son para acceso a los talleres y patios del ferrocarril.

En esta ilustración, que es parte de una tarjeta estereoscópica, se observa en primer plano a un hombre en espera del tren, yo calculo que él se encuentra parado a la altura donde actualmente se encuentra la “Fidelita”, pero del lado del andén. 

En esta instantánea podemos observar a un grupo de militares en un pequeño cabús, yo calculo que es alrededor de 1916.