Casa
de Don Francisco Martínez Moreno
Fachada
principal sobre Cupido, hoy Sámano
Comenzamos un nuevo episodio de nuestro bello
Acámbaro, hoy hablaremos de una casa hermosa de dos plantas, que antiguamente la
llamaban la casa del peligro por sus dos plantas de elevado tamaño, está ubicada
en la antigua calle de Puente Rojo o Colorado, Cupido o Bella Vista. Ostenta
una fachada neoclásica simétrica con hermosas puertas y ventanas en cantera
gris plomo, la planta baja muestra al centro la entrada principal que consistente
en un marco elaborado con sobria belleza, con molduras chambrantes y jambas con casetón sobrepuesto que complementa las molduras
arquitrabe y remata en guardamalletas en los dos extremos inferiores inmediato
a las impostas, base y zócalo. Las hojas de las puertas parecen desafiar al
tiempo presentan bellos y sencillos cajeados de estilo barroco, las puertas
parecen ser de ahuehuete y están claveteadas al rojo vivo, al igual que los
cerrojos y pasadores de camarón, todo denota su antigüedad, está dividida en
cuatro secciones una de ellas incluye el postigo. A ambos lados de la entrada
principal se encuentran dos puertas-ventanas, que posiblemente hayan funcionado
una como cuarto del portero y la otra como accesoria.
Par de ventanas gemelas
y balcón corrido.
La planta alta se torna más interesante, por el par
de balcones corridos muy a la arquitectura del antiguo Valladolid, los vanos de
las ventanas son escarzanos con jambas cajeadas dando la forma, y continúan
sobre puestas hasta dar paso a la tapa alta que sirve de base a un hermoso
frontón triangular con dentículos en su interior. Todo descansa sobre un amplio
repison de cantera gris plomo, que continua casi imperceptible en una bella
moldura de media caña para terminar en caprichosos remates con volutas y
cartouches con guardamalletas a ambos lados de la casa, delimitando así los dos
pisos. Los balcones están rodeados por un hermoso barandal de forja, remata
esta planta una exquisita moldura de cantera que a ambos lados del frente de la
propiedad termina en elegantes meandros con volutas, todo el conjunto da un
aspecto de sobriedad y elegancia, calculo que fue edificada en el último tercio
del siglo XVIII.
Hermoso acceso principal
En su interior se puede apreciar un corredor del
lado izquierdo formado por cinco o seis arcos de medio punto de sencilla
manufactura y en frente cruzando el patio se abre el acceso a las escaleras de
dos rampas con descanso, todo muy al estilo colonial.
Ahora hablaremos de los moradores de esta verdadera
mansión colonial a principios del siglo XX; Francisco Martínez Moreno nacido en
Tarimoro Guanajuato (1869-1956), fue hijo de Petronilo Martínez Martínez
(1847-1929) a su vez sus padres fueron Josefa Martínez y Jesús Martínez y de
María Eduviges Moreno, unido en Tarimoro con Hilaria Rubio (1871-) procrearon a
María Dolores Martínez Rubio (1893-), Román Martínez Rubio (1894-) y a Vicente Martínez
Rubio (1898-), casado en 1921 con Francisca Ballesteros García (tía mía).
Don Francisco Martínez Moreno se casó con María
Guerrero Martínez, hija de Filomeno Guerrero y de Espiridiona Martínez,
procrearon en este matrimonio a:
Raimundo Martínez Guerrero (1900-); Tomás Martínez
Guerrero (1902-); Margarita Martínez Guerrero (1908- ); José Santos Martínez
Guerrero (1912- ); María Dolores Martínez Guerrero (1914- ); Sara Martínez
Guerrero (1916- ); Daniel Martínez Guerrero (1919- ); Francisco Martínez
Guerrero (1921- ); Amparo Martínez Guerrero (1923- ); Manuel Martínez Guerrero
(1925- ); Efrén Martínez Guerrero (1929- ), entre otros.
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