Palacio de los Sámano Serrato.
Acceso principal.
Sin duda es una de las casas señoriales que aún se
conservan en nuestra ciudad, a pesar de que ya no ostenta su original
magnificencia, entre las que destacan sus ventanas, ni remates superiores
gracias al famoso Plan Guanajuato (1964-1967) se abrió 1.30 m. la calle de
Hidalgo desde la esquina de Pino Suárez a Leona Vicario, fue el peor crimen
perpetrado al acervo arquitectónico histórico de nuestro estado, no dejando pasar
por alto la gran culpa de nosotros los ciudadanos acambarenses que permitimos
ese horrendo crimen.
Personalmente es un placer hablar de esta casa en la cual fui muchas veces feliz, no solo por estar en ella y disfrutar su hermosura, sus bellos muebles de época, si no por las interminables tardes de plática y grata compañía de las señoritas Sámano, Esperancita y Margarita, que por autorización de Esperancita, les llamaba tías; siempre recordando a los viejos amigos que se adelantaron, hablando de mejores épocas, del Acámbaro chico lleno de recuerdos, de sus fiestas y saraos, de un Acámbaro que se lo llevo el Plan Guanajuato a mediados de los sesenta y todavía algunos soñamos con él de vuelta.
Detalle de la portada
principal.
En el exterior el elemento compositivo más
llamativo de este palacio sin duda es el acceso principal o portada, es
innegable que tiene antecedentes en la tradición ornamental del barroco
novohispano del bajío y de la obra del convento con influencia andaluza. Calculo
que su manufactura se remonta a principios del tercer tercio del siglo XVIII.
Sus tres o cuatro balcones que ya no se volvieron a montar después del famoso
plan, consistían en jambas cerradas por dinteles coronados por sencillos
entablamentos y sendas rejas custodiaban los vanos de las ventanas que
descansaban sobre enormes repisas debajo de la cuales colgaban grandes
guardamalletas, todo el frente de la propiedad remataba en una cornisa de
cantera gris plomo; desgraciadamente no he podido conseguir una foto de la
fachada antes de la afectación.
La portada principal reside en jambas cajeadas de
orden toscano a los extremos de la composición sobre las que descansa el dintel
que hace escuadra en las impostas, remarcando el rectángulo de las platabandas;
un hermoso entablamento remata la composición y en ésta se marcan los resaltos
las formas ascendentes de las jambas, la clave del cerramiento ostenta la bella
talla en altorrelieve de la Virgen de Guadalupe, coronando la imagen se
encuentra al nivel del arquitrabe exquisitos motivos ornamentales consistentes
en dobles veneras acanaladas y otros roleos abren paso a la base de otro
resalto central que termina en la tapa alta del entablamento, es importante
mencionar del uso del friso pulvinato, e igual que en otras obras de la ciudad
de perfecta estereotomía.
La puerta de madera de sabino denota su antigüedad,
compuesta por dos hojas divididas en dos partes, las superiores más pequeñas
ostentan una guardamalleta trunca en bajo relieve a lo ancho de la hoja que por
en medio pende un medio capitel del que nacen dos roleos con ornamentos vegetales
labrados y de bajo de ellos pequeñas guardamalletas, del centro también se
desprenden otras de mayor tamaño formando todo el conjunto una guardamalleta de
guardamalletas (efecto muy visible en la pila morisca) en el centro de éstas un
par de máscaras con facciones asiáticas en bronce, las dos partes superiores
del portón, están remachadas con tres hileras de clavos con chapetón de bronce,
prolongan el remate de los capiteles molduras en todo lo ancho de la puerta
terminando en los extremos en roleos. Las dos partes bajas están compuestas por en medio una
guardamalleta que termina en dos aldabones de grutescos de bronce, estás partes
presentan cuatro hileras de clavos con chapetones de bronce, la parte inferior
está adornada por la tercer guardamalleta trunca en bajo relieve, en la parte
baja derecha se encuentra el postigo de acceso.
Aldabón de grutesco.
En su interior es un verdadero placer observar a detalle los arcos y elementos arquitectónicos que componen el patio principal, que después del cubo del zaguán se abre un amplio corredor con cinco arcos lobulados y cuatro accesos a los antiguos salones que daban a la calle, todo es de exquisito primor, todo está labrado en magnifica cantera gris plomo, con terminación tipo mármol muy utilizada a finales del siglo XIX o principios del XX; al doblar a la derecha se encuentra otro pasillo de igual magnitud pero este con tres arcos lobulados y dos accesos. La arquería de gran riqueza plástica, dan al conjunto un aspecto espectacular, los arcos de orden barroco andaluz, compuestos por siete lóbulos almohadillados en los intradós, cada uno descansa sobre pilares cuadrados cajeados con bases rectangulares de orden toscano también cajeadas, las pilastras por los intradós y extradós están adornadas por unas medias cañas que terminan en la parte del capitel en una pequeña voluta y palmeta, los extradós de los arcos ostentan bellas molduras chambrantes, compuestas por boceles resaltados y tres platabandas, todo el conjunto está proyectado con un gusto refinado, en cada una de las enjutas reposa una réplica o continuación de la columna que termina en un capitel con caritas de ángeles y otros motivos ornamentales. En la parte superior de las arquerías remata una gruesa cornisa compuesta de finas molduraciones, en cada columna sobrepuesta de las enjutas del capitel se desprenden gárgolas en forma de perros. Todo el patio está enlozado en cantera gris plomo y en el centro un pozo ya tapado con un bello brocal y sobre-brocal de arco de medio punto donde se desprende la polea. Los naranjos del patio colonial le dan un encanto especial y en época de primavera inunda la morada el aroma fresco de los azares.
El corredor en forma de “L” está cubierto con baldosa
en el piso, las puertas de las habitaciones y los salones también del repertorio
barroco, consistente en el arranque jamabas cajeadas y dinteles que descansan
directamente sobre ellos e inmediatamente remata sobre los dinteles una tapa de
gran tamaño, todo en cantera gris plomo, imitando mármol, dando un aspecto
elegante y refinado. Las puertas y ventana que daban a la calle y corredores están
entableradas y talladas con motivos vegetales de gran valor artístico, tipo del
Monasterio de San Francisco.
Detalle interior del
patio.
En los años maravillosos que visité a las señoritas
Sámano en su hermosa casa, la distribución comenzaba cruzando el zaguán e
inmediatamente a la derecha se encontraba el salón principal, consistente un
cuarto de gran tamaño y altura con una ventana que daba al patio, los muebles
con toda seguridad manufacturados por la casa Jorge Unna y Cia. Consistente en
un terno sala estilo Luis XVI ecléctico y doce sillas hechas en madera de
nogal, tapizados en gobelino de motivos florales, adornaba también el salón un
juego de sala y doce sillas de bejuco austriaco manufacturado por Michael
Thonet, en magnifico estado, todo resaltaba sobre un gran tapete persa en fondo
verde, a los lados del sofá, se encontraban pequeñas columnas de madera laqueadas
en negro sobre las cuales se encontraban una pareja de esculturas de gran
tamaño de porcelana alemana de Meissen, cruzando el corredor nos encontramos en
la primer recámara en donde se encuentra otra de mis piezas favoritas un ropero
de dos espejos y gran copete estilo Luis XVI, elaborado en madera de nogal,
también de la casa Jorge Unna y Cia, al lado de la calle estaba el costurero,
del otro extremo se encontraba la puerta a la otra habitación con el ropero
gemelo de la primera, obvio elaborado por Unna. Para salir de las últimas recámaras
al corredor se entraba el acceso al salón del caracol, en donde se encontraba
el cilindro de las escaleras para subir a la azotea, en ese salón estaba un
juego de recámara elaborado en encino americano, de manufactura norteamericana,
al parecer usado por el Doctor Sámano y su esposa, también se encontraba una
pieza fabulosa consistente en un ropero de dos puertas manufacturado en cedro
blanco y laqueado en color negro, con los lados frontales y laterales
esgrafiados dejando la madera contrastar con la laca, dando un gran efecto
estético, remataba en un copete poco usual calado en motivos florales también
en laca negra, pienso que era de mediados del XIX, al parecer parte del ajuar
de la casa de sus tías maternas ubicada en el portal Serrato. De frente a la entrada
del salón del caracol una ventana a un patio interior, a la derecha se
encontraba otro salón o desayunador e inmediatamente un corredor hacia otro
patio trasero o de servicio, en el que alguna vez estuvo la entrada de las
carrozas y caballerizas por el lado de Juárez; de inmediato al pequeño corredor
estaba la cocina y junto se encontraba el comedor principal, que estaba
exactamente del lado contrario de corredor principal, en este espacio se pueden
apreciar muebles de manufactura mexicana de excelente calidad, una mesa enorme
en el centro, aparadores y vitrinas a los lados; todo te trasladaba a épocas
pasadas en donde tu mente juega con los olores y colores transportándote a
otros días donde todo era diferente, no quieres que pase el tiempo, te quieres
quedar ahí para siempre.
Sala principal de la
casa Sámano
De su historia se sabe poco, solo que antes de ser
dueño el Doctor Francisco Sámano, fue propiedad de Don José Álvarez del
Castillo y en 1898 la vendió al Doctor. Sin duda la casa fue manufacturada por
gente con grandes recursos económicos ya que esta denota el espacio y lujo de
la época en la fue construida. Es importante mencionar en el inventario de
propiedades de los Romero de Terreros mencionan una casa en el centro de
Acámbaro que perteneció al el tercer mayorazgo,
constituido en 1777 por el Condado de Regla y el Marquesado de San Francisco,
que entre sus propiedades estaban San Cristóbal, Parácuaro, San José, Puerto
Ferrer, Santa Catalina, Encarnación, Chamácuaro, San Juan, Coyotes, la Trinidad
y Guadalupe y una casa en Acámbaro. Archivo General de la Nación (AGN)
vínculos. Quiero pensar que esta hermosa propiedad formó parte de los bienes de
nuestra Condesa de Acámbaro, Doña María Micaela Romero de Terreros y Trebuesto
Segunda Marquesa de San Francisco (1757-1817).
Otro ángulo del patio
principal.
Los Sámano fueron sus habitantes los últimos 120, echemos
un repaso a sus ascendientes, comencemos con: Fermín José Mariano Sámano, (1748-)
Tamazula Abasolo, Guanajuato, casado con Ana María Martínez de Borja Campuzano,
(1752-), hijo José Bernardo Sámano Martínez de Borja (1783-) casado con María
Dolores Silva, hijo 1 Antonio Sámano Silva (1809-) casado María Concepción
Ortega Gómez Natera, se casaron en Celaya en 1838, hijo 2 Francisco Sámano
Silva (1802-) casado con María Josefa García Anaya (1827), hijo José María de
los Dolores Sámano García (1829-) casado en 1854 con, María Ignacia de Jesús
Román Mendoza (1833-). Pariente de Gertrudis Bocanegra Mendoza heroína de la
Independencia, y ambas descendientes de los Huitzimengari antiguos Reyes de
Michoacán, hijos hijo 1 José María Sámano Román (1857-) no se casó Pátzcuaro; hija
2.- María Concepción Lorenza Dolores de Jesús Sámano Román (1859-1911) Pátzcuaro-Acámbaro,
casada con Florencio Rafael Álvarez del Castillo Errejón (1856-) Acámbaro se
casa en 1880; hijo 3 José Demetrio Francisco Estanislao de Jesús Sámano Román (1861-1919)
Pátzcuaro-Acámbaro, casado con Paz Serrato de la Llata (1868-), se casan en
1889, hijos: María Dolores Sámano Serrato, Paz Sámano Serrato, María Sámano
Serrato, Carmen Sámano Serrato, Concepción Sámano Serrato, Francisco Sámano
Serrato, Ignacio Sámano Serrato, Guillermo Sámano Serrato, Manuel Sámano
Serrato, Alberto Sámano Serrato, Josefina Sámano Serrato, Vicente Sámano
Serrato, Salvador Sámano Serrato, Margarita Sámano Serrato, Esperanza Sámano
Serrato y María Guadalupe Sámano Serrato; hijo 4 José Agustín Federico Gabriel
de Jesús Sámano Román (1864-) Pátzcuaro-Monterrey, casado con Adelaida Álvarez
del Castillo Roaro, (1873-), hijo Agustín Sámano Álvarez del Castillo (1902)
casado Carolina Maldonado Álvarez del Castillo; hijo 5 José Hermenegildo de
Jesús Sámano Román (1866-) Pátzcuaro, hijo 6 José Rafael de los Dolores de
Jesús Sámano Román (1867-) Pátzcuaro-Cd. México, casado con Josefina Granados y
Lazo (1873-1963).
Entre los ilustres personajes que pisaron esta
casa, se encuentra el asturiano Don Juan Llamedo, dueño de la hacienda de San
Cristóbal y del ramal de ferrocarril Acámbaro-Jerécuaro, prestanombres del presidente
Gral. Porfirio Díaz, muy amigo de la familia Sámano.
José María Sámano Román, María Ignacia de Jesús
José María Sámano Román, María Ignacia de Jesús
Román Mendoza, María Concepción Lorenza Dolores
de Jesús Sámano Román, José Demetrio Francisco
Estanislao de Jesús Sámano Román y José Agustín
Federico Gabriel de Jesús Sámano Román.
(Daguerrotipo)
(Óleo sobre placa de marfil).
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