lunes, 3 de octubre de 2016

Segunda parte de tres. Ahora veamos otra hermosa leyenda desarrollada en Tuxpan Michoacán.

LA CONDESA DE MIRAVALLE.





Condesa de Miravalle, Doña María Magdalena Catarina Dávalos de Bracamontes y Orozco (1701-1777) fueron sus padres Don Pedro Alonso Dávalos y Bracamontes y Doña María Antonia Francisca Orozco de Rivadeneira y Orendaín por cuyas venas corría sangre indígena del antiguo señorío otomí de Tuxpan, y a su vez emparentada con familia Moctezuma.
Desde muy joven fue internada y recluida en el convento de Las Carmelitas Descalzas, en la ciudad de Puebla, por su tío abuelo materno, el presbítero Jesuita Francisco Orozco, y que según el testamento de su madre, sería el albacea de las propiedades de los Orozco, en el oriente michoacano.
Ayudada por su abuela paterna, quien se valió del mismo Virrey para sacar a su nieta del convento, la aún joven María Magdalena Catarina, comenzó a aprender cómo debía ser una buena condesa. Contrajo matrimonio con un Caballero de la Orden de Alcántara, Don Pedro Antonio de Trebuesto y Alvarado, en 1719. Con él, se trasladó a Nayarit y con tan solo 15 años de matrimonio, dio a luz a nueve hijos. Al enviudar repentinamente, en 1734 volvió  a la casa paterna de la Ciudad de México.
Tras una demanda legal en contra de la Compañía de Jesús la Condesa de Miravalle gana las propiedades de su familia en las tierras michoacanas después de que su tío abuelo materno religioso jesuita a su muerte legó a la Compañía de Jesús todas sus posesiones, por lo que le fueron devueltas después de 27 años. La Condesa fue dueña de 70 haciendas en Michoacán (Irimbo, Hidalgo; Tuxpan, Jungapeo; Benito Juárez, Susupuato, Tuzantla, Zitácuaro, Púcuaro y más). Además de ser dueña de las Minas de Compostela, Nayarit, de las minas de Tlalpujahua y algunas de Angangueo. En 1742, murió su padre, el Segundo Conde de Miravalle, y María Magdalena Catarina heredó el condado de Miravalle junto con dinero haciendas y palacios.


La Condesa de Miravalle después de resuelta su situación económica se lanzó a la vida mundana, sus banquetes y tertulias alcanzaron gran renombre en la Ciudad de México, y artistas e intelectuales pugnaron por participar de ellos. Viuda, la Condesa vivió su madurez sin casi reprimir sus deseos, lo cual dio lugar a intensos rumores. Ciertos, imaginados o tan solo probables, pero siempre envueltos en un halo de misterio y leyenda. La Condesa mantuvo amores con hombres de muy distinta clase y condición, ya que trabó relaciones íntimas con nobles, con mayorales, con capataces; e incluso, con un fraile franciscano del convento de Santiago Apóstol, en el pueblo de Santiago Tuxpan Fray Tomás Camata Estrada, quien era alquimista, él le ayudó a enterrar su dinero, con ello fue el beneficiario de sus secretos monetarios.



Los asesinatos brutales en contra de quienes se dejaron amar por ella y también de quienes se resistían a hacerlo, fue lo que marcó su leyenda. Acusaciones casi demoniacas en su contra como el confirmado herraje de 300 esclavos en la hacienda de Santa Catarina. Los crímenes casi de poesía, que fueron cometidos por ella en San Miguel Púcuaro (Jungapeo). Todo esto, coronado por la excomunión que recayó sobre ella, cuando en 1765, emprendió una segunda demanda en contra de la Compañía de Jesús, esta vez porque le devolvieran el fruto de las propiedades después de 27 años de posesión. De generación tras generación, la leyenda ha sido contada en Agostitlán, Angangueo, Ciudad Hidalgo, Irimbo, Jungapeo, Zirahuato, Zitacuaro y Tuxpan. Pero también en Compostela, Santispac, y Tepic, en Nayarit; así como en Huesca y Mineral del Monte en Hidalgo, además de la Ciudad de México, donde una de las colonias de la delegación Cuauhtémoc lleva el nombre de Condesa, en honor a María Magdalena Catalina, esos terrenos fueron de su propiedad junto con los de la colonia Roma, parte de las colonias Hipódromo y Tacubaya. Su casa fue el inmueble que hoy ocupa la Embajada Rusa. Su muerte llegó repentina y no naturalmente, ya que fue víctima de su amante y cómplice, Fray Tomás del convento franciscano de Santiago Apóstol, pues la envenenó cuando tenía 76 años de edad. Esto sucedió en la hacienda de la Santa Catarina en Tuxpan, lugar que fue su residencia permanente durante los últimos diez años de su vida.
En la iglesia de Tuxpan Michoacán, se encuentra la cripta de los Condes de Miravalle, en donde se encuentra sepultada la Condesa de Miravalle.

Después de que fue embalsamada, la pusieron en un ataúd y fue exhibida por casi 150 años, en la cripta de los condes, que está en la Iglesia de Santiago Apóstol, en Tuxpan. Posteriormente fue enterrada ahí mismo, al lado de su progenitora; esto en 1924; el fraile también le acompaña en la cripta condal.

Les dejo la liga para que visiten y lean completa la leyenda del Dr. José Luis González González

San Miguel Arcángel y el Patrocinio de Santa Teresa de Jesús sobre las Ánimas Benditas, Cristóbal de Villalpando, en el Templo de Santiago Apóstol de Tuxpan Michoacán. De Crstóbal de Villalpando.




En esta ocasión hablaremos de un tema que personalmente me fascina, la leyenda de la Condesa, analizaremos varios puntos sustanciales junto con otra leyenda de la región, para determinar el verdadero personaje que habito la Hacienda de San Cristóbal, y haremos una pequeña reseña de sus habitantes en los siglos XVII y XIX. Solo necesito que estén atentos. Les dejo copia de la leyenda de la Condesa de José Zavala Paz.

LA CONDESA DEL PEDREGUERO.


La tarde agonizaba, Acámbaro con profundo fervor religioso y con ejemplar veneración recordaba en aquellas últimas horas del Viernes Santo la muerte del Redentor.
Un hombre ingenuo y sencillo llamado Pantaleón volvía con el alma contrita hacia su casa. Dejando la ciudad a sus espaldas había cruzado el río Lerma y estaba ya a las puestas de una vetusta mansión. Pero antes de penetrar en tan ruinoso caserón conocido con el nombre de “San Cristóbal”, sentase a descansar en un poyito de piedra que a la entrada había.


Una bruma gris entoldaba el cielo y un calor sofocante asfixiaba la tierra. Agobiado por el bochorno y la fatiga Pantaleón empezaba a quedarse dormido cuando presentóse ante él intempestivamente una distinguidísima dama, que a juzgar por sus exterioridades, de alta alcurnia era aquella mujer: ¿Pero quién podría ser aquella dama tan bella, tan rica y tan gentilmente ataviada? Pantaleón nunca tuvo respuesta a su pregunta; pero un desocupado curioso molestando amigos, consultando peritos descifrando empolvados pergaminos e imaginando gran parte de lo no visto ni contado, refiere así a la historia de aquella peregrina y celebérrima mujer.

Era la condesa del Pedreguero.

Parece que la condesa fué hija bastarda de un noble francés de los brillantes tiempos de Luis XIV de Francia. A estas tierras vino posiblemente con el séquito del Duque de Albuquerque o con el sucesor de éste, con el Duque de Linares y Marqués de Valdefuentes D. Fernando Alencastre Noreña y Silva, Virreyes de la Nueva España, a principios del siglo XVIII.

La condesa vivía con mil extravagancias y locuras. Era el centro de las coqueterías y aventuras amorosas y muy pronto fue el blanco y comidilla de todos: la mujer más escandalosa que arrastraba siempre su vida en las delicias de amores vergonzosos. La Condesa abandonó un día  la corte y la ciudad y con pingües rentas y con todo el boato que antaño tenía en la capital, instalóse en la Hacienda de beneficio de “San Cristóbal” en las goteras de Acámbaro. Desde ahí regenteaba sus posesiones inmensas que se extendían desde el río Lerma hasta el río Balsas. Mas la Condesa envejecía a todas luces y, si la dicha perfecta llega con el atardecer para quien supo emplear con fruto la jornada, para quien despilfarró lo mejor de su vida llega con el declinar de los años un vacío y una soledad inmensos que no es fácil llenar. Se dió entonces en la idea de buscar un marido, ¿Pero quién iba a casarse con ella?

En una de sus muchas haciendas encontró un joven alto y bien proporcionado, arrogante y muy diestro en las suertes de torear y lazar, hijo de padre español y de madre mexicana, llamado Alfonso.

A la Condesa parecióle un hallazgo del cielo y decidióse a jugar con él su última aventura amorosa. Más ¡no tenía remedio! ¡Ella debía cortejarlo!
Y volaba su imaginación de Alfonso a Acámbaro, a un jacalito de las orillas del río Lerma en donde vivía una mujercita santa y sencilla con la que platicaba cositas de amor, llamada María del Refugio.


Mas para Alfonso, la Condesa era una mujer apergaminada y ridícula. Su voz es siempre, aun en materia de amor, autoritaria y terminante.

Salió de Púcuaro Alfonso hacia Acámbaro con una carta importantísima de la Condesa al Sr. Cura en la que le suplicaba que arreglase a la mayor brevedad el matrimonio de que le hablaría  Alfonso. Pero Alfonso raptaría a María del Refugio, la haría su esposa.

Nadie podría describir el exceso de rabia que se apoderó de la Iltre. Condesa del Pedreguero. Ella con su orgullo humillado y su corazón burlado exigía una venganza ejemplar el plan por lo demás sería bien sencillo se apoderaría de María del Refugio, la lugareña vulgar que le había suplantado, y una vez que la tuviera en sus manos y la hiciera sufrir mucho, mucho,  atraparía también a Alfonso.

Pero como lograría está empresa, habíanle informado que Alfonso había entrado a trabajar con los PP. Franciscanos y que para ellos labraba unas haciendas en las cercanías de Acámbaro, y que Refugio vivía en una casita contigua a la tapia del convento, propiedad del monasterio. Hacer un camino subterráneo desde San Cristóbal a la casa de María del Refugio. Para ello había un obstáculo que se creyó al principio insuperable, la impetuosa corriente del río Lerma.


Mas como la empresa era larga y entretenida, dispuso la  Condesa que iría entretanto a dar una vuelta a sus inmensos dominios para distraer  sus impacientes deseos de venganza, fue aquel viaje indigno de referirse y de contarse en todos lados dejó huella de horror y de sangre.

Un día llegóse a la Condesa un correo que le llevaba la feliz noticia de que el camino subterráneo estaba terminado. Más apenas si pudo hacer algunas jornadas porque enfermó gravemente y tuvo que guardar cama en Tuxpan Mich. La Condesa vio cómo la vida se le desvanecía. Era urgente reconciliarse con Dios. Optó entonces por recurrir a un santo y sapientísimo sacerdote de la Compañía de Jesús, para que escuchase su confesión. Y por sugerencia del confesor o porque ella espontáneamente se ofreciese se comprometió a construir tres templos, el de Tuxpan el de Jungapero y la Parroquia antigua de Zitacuaro. Había que indemnizar larga y crecidamente a las familias cuyos hijos ella había asesinado. Se fundaría un colegio en donde se educaran niños indigente; un hospital y un hospicio; un hospedería; una casa de recogidas; se dotaría muy bien a todas las iglesias de la comarca.

Así las cosas, la Condesa recibió la visita de la muerte en Tuxpan, en donde hasta hoy en día, en el anexo parroquial, están sus despojos mortales. Estos descansaron en paz mientras estuvo cumpliendo la voluntad última de la Condesa. Más vino la expulsión de los Jesuitas de toda la Nueva España en 1767 y como éstos eran los albaceas del testamento nadie se cuidó más tarde de cumplir los legados piadosos de la Condesa que no puede gozar de Dios mientras en alguna forma no se reparen tantos crímenes. Desde entonces anda desesperada por todos lados, y para emplear la expresión consagrada por el uso, “anda penando”.


Tal aconteció en la tarde de aquel Vienes Santo. Doscientos años atrás en aquel mismo día y hora en su regia mansión de San Cristóbal había cometido atroces crímenes. Ahora, sintiendo vergüenza y asco por sus pecados, volvía a llorar y lamentar sus pasados yerros. Pantaleón, pálido, desencajado, sin poder articular palabra salía de San Cristóbal a llamar a un padre Franciscano del Convento de Acámbaro para que exorcizase toda la casa porque a no dudarlo habitaban ahí los duendes y las brujas y quizá todos los demonios.


Así lo escribe Don José Zavala Paz, en su libro “El Bajío”, donde relata las leyendas más arraigadas de los pueblos del Bajío mexicano, entre estas se encuentra la leyenda de la “Condesa” desarrollada en la hacienda de Sn Cristóbal, a las afueras de Acámbaro Gto.

lunes, 12 de septiembre de 2016

Acámbaro en la Historia: El Hotel InternacionalNótese las dos ventanas en l...

Acámbaro en la Historia: El Hotel InternacionalNótese las dos ventanas en l...: El Hotel Internacional Nótese las dos ventanas en las boardillas y el techo flotante, sobre la Primero de Mayo. Mediante el Decre...

El Hotel Internacional

Nótese las dos ventanas en las boardillas y el techo flotante, sobre la Primero de Mayo.

Mediante el Decreto de Secularización de Cementerios, en el que se declaró el cese de toda intervención del clero en cementerios y camposantos, fue dado a conocer en Veracruz el 31 de julio de 1859, por el cual da término a que en las iglesias y atrios se siguieran enterrando difuntos. En Acámbaro se crea el primer panteón en la esquina de Primero de Mayo y Héroe de Nacozari denominado panteón de San Juan, en donde supuestamente se enterraba a la mayoría de la gente; existía otro panteón alterno el cual funcionaba atrás del Templo de San Antonio de los Lavaderos, donde se enterraba a la gente con más posibilidad económica, que años más tarde desaparecería. A finales del siglo XIX el panteón de San Juan fue cambiado al cuadrante que hoy conocemos como parque Zaragoza, ahí se mantuvo durante el primer tercio del siglo XX hasta que fue trasladó a la Malayas y como en este lugar se enfangaba se cambió al sitio actual en la calle de Omega.

En esta foto se aprecia solo la planta baja del Hotel, y una calle arbolada a la izquierda apenas se aprecia el bordo de tierra.

Aquí empieza nuestra historia, el terreno que ocupaba el antiguo panteón de San Juan fue comprado por el Italiano José Maria Busso Chamonal y fue construido un edificio de un solo piso, sobre el que se construyó un segundo nivel del Hotel Internacional. El proyecto original es de la Casa Busso-Cottini, Constructores y Decoradores. Calculo que comenzó a construirse el primer piso en sencilla arquitectura entre 1895-1903 y el edificio completo entre 1903-1910. La plata alta está muy bien integrada al primer nivel, alcanzando lograr en conjunto un hermoso estilo Stick, fue una estructura definida y alusiva a la estructura de madera que marcan los edificios Stick, el sello del estilo incluye un énfasis vertical a través del uso de tablas que enmarcan las puertas y ventanas y divide en paneles las fachadas, así como armaduras, postes en las esquinas y dinteles, tenía tejados a tres aguas y tiros de chimeneas, originalmente ostentaba en el techo dos bellas ventanas sobre las boardillas, posteriormente fueron retiradas, a lo largo de la fachada sobre la calle Primero de Mayo tenía un techo flotante sujeto con tirantes de acero que también duro muy poco tiempo, existía un bello portal en ambos pisos sobre la calle Héroe de Nacozari que lo caracterizaba mucho. De los personajes importantes que pisaron el hotel solo recuerdo haber leído sobre la estancia de Lázaro Cárdenas Del Río, es obvio que fue un hotel importante en la ciudad y que pasaron por sus habitaciones muchos moradores importantes y no mucho, en los más de cuarenta años que funcionó.
Conocí muy bien el edificio, por dentro y por fuera, igual que algunos muebles provenientes del hotel, consistentes en camas de fierro con cabeceras y pieceras muy altas, buros muy altos y algunos muebles en encino americano muy tallados. El hotel ya estaba abandonado y aun así era hermoso, no dejaba de lucir su majestuosidad; como olvidar el hotel en mis incansables caminatas a la estación y/o al río por la calle o por el bordo; se nos fue otro pedazo de Acámbaro.

En esta foto se distingue a mano izquierda el bordo de tierra, que después de las inundaciones de 1927 y la de 1958 tomo la fisonomía actual.

Vean en el techo los tiros de las chimeneas y el techo flotante.

En horarios de ferrocarril, era un gentío, como se aprecia en esta foto.

No me acuerdo del vertedor de cantera pero si del patio interior, lleno de arbustos y mala hierba, abandonado.

lunes, 29 de agosto de 2016

Acámbaro en la Historia: PORTAL DE PEREGRINOS.Enesta ocasión hablaremos ...

Acámbaro en la Historia: PORTAL DE PEREGRINOS.


Enesta ocasión hablaremos ...
: PORTAL DE PEREGRINOS. En esta ocasión hablaremos del Portal del Convento de Santa María de Gracia de Acámbaro o también llamado  P...
PORTAL DE PEREGRINOS.



En esta ocasión hablaremos del Portal del Convento de Santa María de Gracia de Acámbaro o también llamado  Portal de Peregrinos, se encuentra a mano izquierda de la entrada principal de la Iglesia, consta de tres magníficos arcos de medio punto trabajados en hermosa cantera gris en depurado estilo barroco,  uno de estos se encuentra tapiado desde hace mucho tiempo, como se puede apreciar en las fotos antiguas del conjunto, los dos arcos restantes abiertos tienen una magnifica reja de madera torneada también de mediados del siglo XVIII. Es el sitio que comúnmente acogía a los visitantes, viajeros y peregrinos, y se llevaban a cabo las confesiones de los indios, que desde los primeros monasterios en el siglo XVI contemplaban este lugar, para resguardo de los visitantes. Junto se encuentra la portería del convento, es el recinto que servía de acceso al claustro. En muchos de ellos poseen decoraciones murales con episodios de la empresa evangelizadora, honrando a los frailes valientes que abrieron las puertas a las misiones, no sabemos si en el nuestro haya, por las incontables capas de cal y pintura adheridas a través de los años.


Magnifico conjunto, que durante casi trescientos años fue Casa Capitular de la Provincia Michoacana de San Pedro y San Pablo, aquí, tuvo lugar el capitulo en el que se dividió esta provincia, entre 1606-1607 se divide la provincia de Michoacán y da lugar a la de Santiago de Jalisco, en 1621, se erige la custodia de Río Verde bajo el patronato de Santa Catarina y es separada de la provincia de Michoacán y posteriormente es separada la de Querétaro, para que vean la importancia de este monasterio.


 

miércoles, 13 de julio de 2016

Acámbaro en la Historia: LOS CARMELITAS DESCALZOS EN ACÁMBARO.Después de ...

Acámbaro en la Historia: LOS CARMELITAS DESCALZOS EN ACÁMBARO.

Después de ...
: LOS CARMELITAS DESCALZOS EN ACÁMBARO. Después de los incendios en el Monasterio de los Carmelitas Descalzos, en el Santo Desierto ...

LOS CARMELITAS DESCALZOS EN ACÁMBARO.



Después de los incendios en el Monasterio de los Carmelitas Descalzos, en el Santo Desierto de los Leones en Cuajimalpa, los religiosos relatan visiblemente impresionados, como aquél incendió en el cuarto principal, la librería y la panadería, hasta que dominaron el fuego, "como se apaga una vela al impulso de un leve soplo", valiéndose de un velo blanco que había pertenecido a Santa Teresa y que guardaban en un relicario. Y el terrible terremoto acontecido el 16 de agosto de 1711, en el que rajó varias paredes del monasterio. Los religiosos, ante la amenaza de verlo desplomarse, lo hicieron reconocer por un maestro de arquitectura, que descubrió aún más la necesidad de proceder de inmediato a grandes reparaciones. Para lo cual, a principios de enero de 1722 vino de México, el maestro de obras don Miguel de Rivera, quien en Toluca y San Joaquín Tacuba, había trazado y manufacturado algunas fábricas de aquellos conventos, después de que el maestro reconociese los terribles estragos que había dejado aquel terremoto, quedaba echada la suerte del antiguo edificio, y puesto que había de construirse totalmente nuevo, pensaron hacerlo en otro lugar, fue cuando se estudió la posibilidad de trasladarse a Acámbaro, lugar que parecía excelente, iniciando desde luego las gestiones para comprar unos terrenos pertenecientes a doña Ana Pérez de Barreda y don Francisco Bermudo y un pueblo de indios, pero por razones económicas no se realizó por el momento el traslado, sin que también dejara de influir, naturalmente, el amor propio de los carmelitas, para no seguir una actitud discordante con su rigurosa regla, huyendo de las incomodidades y de la inclemencia. Finalmente la orden de los Carmelitas Descalzos, siguió funcionando en el Santo Desierto de los Leones, hasta que por razones del clima y la presencia de muchas poblaciones cercanas, no encontraban un verdadero retiro. Se comenzó a construir el convento de Tenancingo en 1798, bajo la dirección de don Antonio Velázquez, se trasladaron al Santo Desierto de Tenancingo el 13 de febrero de 1801, casi doscientos años de habitar el Santo Desierto de los Leones. 

 Santo Desierto de los Leones.
  Santo Desierto de los Leones.
 Santo Desierto de Tenancingo.
 Retablo principal del Santo Desierto de Tenancingo.
Santo Desierto de Tenancingo.
Santo Desierto de Tenancingo.

miércoles, 6 de julio de 2016

Acámbaro en la Historia: LA AURORA Y LOS SANTOSDESCABEZADOS.Antigua casona...

Acámbaro en la Historia: LA AURORA Y LOS SANTOSDESCABEZADOS.
Antigua casona...
: LA AURORA Y LOS SANTOS DESCABEZADOS. Antigua casona que a principios del siglo XX, don José recibe de herencia de su tía Gertrudis. ...
LA AURORA Y LOS SANTOS DESCABEZADOS.

Antigua casona que a principios del siglo XX, don José recibe de herencia de su tía Gertrudis.

En la antigua casona de Juárez y Leona Vicario, se desarrolló una anécdota curiosa, dicen que don José Álvarez del Castillo y Montoya, tenía una hija llamada Aurora, que era muy bonita y por supuesto muy rica, era la hija consentida de don José. Obviamente como era muy bonita y rica, tenía infinidad de pretendientes ricos y pobres, un día llego a tocar la puerta de la linajuda casa, un modesto joven, trabajador ferrocarrilero, abrió la puerta la servidumbre y le preguntan al joven que deseaba, el responde ver a don José, no sé si fue una vez o varias, pero el caso es que logra entrevistarse con don José, ya entrada la tarde lo pasan al recibidor ahí lo esperaba ya don José, él da la indicación de sentarse y comienzan a platicar referente a los sentimientos del joven respecto a la señorita Aurora, de hecho venía a pedir su mano, al momento don José apaga la vela que había en la estancia y con asombro le pregunta el joven, por qué apaga la vela? y don José responde, que si iban a platicar no era necesario que la vela estuviese encendida; don José no gozaba de una reputación de manirrota, estaba lejos de ello, de repente en la obscuridad se escuchan hebillas aflojar, de inmediato don José prende la luz de la vela y queda sorprendido al ver que el muchacho se encontraba sentado con los pantalones debajo de la rodilla, al momento don José pregunta, que está pasando y el joven responde, si es que la vela va estar apagada y solo vamos a platicar, para que desgasto mis pantalones al estar sentado si solo voy a escuchar, de inmediato don José dio la autorización para que los dos jóvenes se comprometieran. Finalmente se casarón y tuvieron descendencia.

Casco inconcluso de la hacienda de la Aurora, mandado edificar por don José Álvarez del Castillo para su hija Aurora.

La construcción que se ve rumbo a Irámuco, antes de cruzar la vía del tren antes de llegar a la desviación de Andocutín es el casco inconcluso de la hacienda de “La Aurora”, que la revolución no dejo terminar, un regalo de don José Álvarez del Castillo a su adorada hija Aurora.
Capilla en la que se encuentran los santos descabezados.

Olvidaba otra anécdota, la de los santos descabezados. En la capilla de la hacienda de Andocutín, existen dos imágenes de bulto de tamaño natural de San José y San Ignacio, dicen que eran demasiado pesadas, que posiblemente porque estaban hechas de madera de mezquite, en una procesión en la hacienda se descabezó una de ellas , y descubrieron que el peso se debía a que estaba rellena de centenarios. 

Acámbaro en la Historia: DON PORFIRIO DIAZ Y DON JOSÉ ÁLVAREZ DEL CASTILLO....

Acámbaro en la Historia: DON PORFIRIO DIAZ Y DON JOSÉ ÁLVAREZ DEL CASTILLO....: DON PORFIRIO DIAZ Y DON JOSÉ ÁLVAREZ DEL CASTILLO. Vista de la Hacieda de Andocutín y al fondo el cerro de las doncellas. S egunda anécd...

lunes, 4 de julio de 2016

DON PORFIRIO DIAZ Y DON JOSÉ ÁLVAREZ DEL CASTILLO.Vista de la Hacieda de Andocutín y al fondo el cerro de las doncellas.

Segunda anécdota, dicen que don José Álvarez del Castillo y Montoya, era compadre de Porfirio Díaz y que estuvo algunas veces en su Hacienda de Andocutín, y que en un ocasión su compadre el presidente lo invito a una gran tertulia en el Castillo de Chapultepec, a la cual don José acepto ir, engancho sus carros de ferrocarril, en uno ellos metió su berlina y sus caballos y se dirigió hacia la ciudad de México, al llegar a la estación Colonia, desengancho sus carros bajaron su berlina y engancharon sus caballos, con rumbo al Castillo de Chapultepec, cuando llego a la verja de castillo, le preguntaron que quien era, el vigilante lo miro de arriba abajo, como tío José venia vestido de hacendado y era de estatura baja, ojos azules, les dio la impresión de que no era invitado, don José manda a uno de los guardias a que avisará al señor presidente que él estaba ahí, el guardia obedeció y a caballo va al castillo y personalmente pregunta al Gral. Díaz, que en la verja había un hombre que decía ser su compadre, él pregunta con sombro, cual compadre?, el guardia le afirma Don José Álvarez del Castillo, el presidente exclama, ¡hazlo pasar de inmediato es mi compadre José!.Al fondo la laguna de Cuitzeo, el casco nuevo de la hacieda de Andocutín de mediados del siglo XIX, con sus inmensas trojes, y parte del viejo casco del siglo XVIII, apenas se aprecia parte de la vieja troje cuata.Antigua estación de Andocutín, Acámbaro Guanajuato.Salón de recepciones, en el Castillo de Chapultepec.

Salón de recepciones, en el Castillo de Chapultepec.


lunes, 27 de junio de 2016

Acámbaro en la Historia: TRES ANÉCDOTAS SOBRE DON JOSÉ ÁLVAREZ DEL CASTILL...

Acámbaro en la Historia:
TRES ANÉCDOTAS SOBRE DON JOSÉ ÁLVAREZ DEL CASTILL...
: TRES ANÉCDOTAS SOBRE DON JOSÉ ÁLVAREZ DEL CASTILLO. La recamara de la esquina derecha del piso superior fue testigo del nacimiento ...

TRES ANÉCDOTAS SOBRE DON JOSÉ ÁLVAREZ DEL CASTILLO.

La recamara de la esquina derecha del piso superior fue testigo del nacimiento de muchos miembros de la familia Álvarez.


Hoy contaremos una de tres anécdotas de don José de Jesús Álvarez del Castillo y M., dueño de la hacienda de Andocutín y muchas más, para que se den idea de la magnitud de la riqueza de don José, cuando Inés Chávez García llega a la hacienda de Andocutín para atracarla por allá de 1916, don José sale rumbo a Morelia, cuando se habían llevado todo lo que quisieron los chavistas, don José telegrafía a Andocutín y pregunta a su administrador que se habían llevado y él le responde que de valor solo el oro y la plata escondidos en el entretecho que había en uno de los cuartos, que consistió en un vagón de oro y otro de plata, y don José responde, bueno eso era lo de la leche, y lo de la carbonera, lo encontraron?, no se preocupe don José eso sigue ahí. Dicen que hay un túnel que conecta a Andocutín por la carbonera, al cerro de las Doncellas y con la Salina y está repleto de oro y que nunca lo han encontrado. Por cierto su hermano Efrén se casó con doña Guadalupe Tapia, hija de los dueños de la hacienda de la Labor en Araró, Michoacán.

Hacienda de Andocutín, edificada a mediados del siglo XIX por don Francisco Álvarez del Castillo.


Interior de la Capilla de la hacienda de Andocutín.

Detalle de la manufactura del casco.

miércoles, 22 de junio de 2016

Acámbaro en la Historia: LA CASA DE DOÑA GERDRUDIS ÁLVAREZ DEL CASTILLO.E...

Acámbaro en la Historia: LA CASA DE DOÑA GERDRUDIS ÁLVAREZ DEL CASTILLO.

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: LA CASA DE DOÑA GERDRUDIS ÁLVAREZ DEL CASTILLO. En esta interesantísima fotografía podemos observar a mano izquierda en primer p...
LA CASA DE DOÑA GERTRUDIS ÁLVAREZ DEL CASTILLO.


En esta interesantísima fotografía podemos observar a mano izquierda en primer plano, la casa en que vivió en a mediados del siglo XX el alemán Waldemar Julsrud, con su famosísima colección de piezas prehispánicas de la cultura Chupícuaro, hermosa casa del siglo XVIII, con sus ventanas con copetes características de ese siglo, desgraciadamente modificada en su exterior en los años treinta; de inmediato a la derecha podemos apreciar una  banca original de fierro colado estilo neogótico, muy característico de los años 1870 a 1910, cruzando la calle encontramos la hermosa casa de Doña Gertrudis Álvarez del Castillo, hermana de don Francisco Álvarez del Castillo, tía del don José Álvarez, dueños de innumerables haciendas y propiedades entre ellas, Andocutín (su casa), San Diego, Jaripeo, La Aurora, etc. Don José Álvarez del Castillo le vendió la casa de Hidalgo al Dr. Francisco Sámano. Bueno volvamos con la tía Tula, gran mujer de mucho temperamento, muy asidua a las obras pías, fue en su mayor parte patrocinadora de la reconstrucción del Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe, en el último tercio del siglo XIX, según yo, sus retos yacen atrás del presbiterio de dicha iglesia. Su casa hermosa construcción de mediados del siglo XVIII, manufacturada en un hermoso y sobrio barroco-neoclásico, desgraciadamente también en la planta baja e interior fue modificada; cuando muere tía Tula, la casa pasa a manos de su sobrino José. Cruzando la calle a la izquierda, se ve la casa de don Herminio Serrato (1852-1907), la que en la esquina ostenta una bella cruz, se puede apreciar en la esquina una accesoria con dinteles bellamente tallados, y sobre la calle de San Francisco, hoy Juárez, se aprecia el portón que actualmente existe y enmarca una bella puerta del siglo XVIII bellamente remachada, de inmediato una tercia de ventanas enmarcadas en cantera gris, exactamente esa parte fue la que se vendió de la casa original, conocí a las señoritas Serrato Vargas, una de ellas Chábela tía de los Sámano Serrato, vendió también parte de la casa sobre la calle Leona Vicario al Dr. Hernández, por la parte interna, todavía existen los quicios de las puertas que conectaban a la casa de la Sousa Vargas, también parientes, y también sobre la Leona Vicario que porciento acaban de tirar. Sobre esa misma acera se ve la casa de las Álvarez Roaro (hoy telas la parisina), de la que hablaremos en otro episodio.



                            Hacienda de Andocutín, cabecera de los Álvarez del Castillo.


LA CASA DE DOÑA GERDRUDIS ÁLVAREZ DEL CASTILLO.


En esta interesantísima fotografía podemos observar a mano izquierda en primer plano, la casa en que vivió en a mediados del siglo XX el alemán Waldemar Julsrud, con su famosísima colección de piezas prehispánicas de la cultura Chupícuaro, hermosa casa del siglo XVIII, con sus ventanas con copetes características de ese siglo, desgraciadamente modificada en su exterior en los años treinta; de inmediato a la derecha podemos apreciar una  banca original de fierro colado estilo neogótico, muy característico de los años 1870 a 1910, cruzando la calle encontramos la hermosa casa de Doña Gertrudis Álvarez del Castillo, hermana de don Francisco Álvarez del Castillo, tía del don José Álvarez, dueños de innumerables haciendas y propiedades entre ellas, Andocutín (su casa), San Diego, Jaripeo, La Aurora, etc. Don José Álvarez del Castillo le vendió la casa de Hidalgo al Dr. Francisco Sámano. Bueno volvamos con la tía Tula, gran mujer de mucho temperamento, muy asidua a las obras pías, fue en su mayor parte patrocinadora de la reconstrucción del Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe, en el último tercio del siglo XIX, según yo, sus retos yacen atrás del presbiterio de dicha iglesia. Su casa hermosa construcción de mediados del siglo XVIII, manufacturada en un hermoso y sobrio barroco, desgraciadamente también en la planta baja e interior fue modificada; cuando muere tía Tula, la casa pasa a manos de su sobrino José. Cruzando la calle a la izquierda, se ve la casa de don Herminio Serrato (1852-1907), la que en la esquina ostenta una bella cruz, se puede apreciar en la esquina una accesoria con dinteles bellamente tallados, y sobre la calle de San Francisco, hoy Juárez, se aprecia el portón que actualmente existe y enmarca una bella puerta del siglo XVIII bellamente remachada, de inmediato una tercia de ventanas enmarcadas en cantera gris, exactamente esa parte fue la que se vendió de la casa original, conocí a las señoritas Serrato Vargas, una de ellas Chávela tía de los Sámano Serrato, vendió también parte de la casa sobre la calle Leona Vicario al Dr. Hernández, por la parte interna, todavía existen los quicios de las puertas que conectaban a la casa de la Sousa Vargas, también parientes, y también sobre la Leona Vicario que porciento acaban de tirar. Sobre esa misma acera se ve la casa de las Álvarez Roaro (hoy telas la parisina), de la que hablaremos en otro episodio.



                            Hacienda de Andocutín, cabecera de los Álvarez del Castillo.